La realización de ejercicios durante un proceso de recuperación es bastante importante. De hecho la fisioterapia ayuda mucho en la recuperación, pero es igual de importante el trabajo diario en casa. Este tipo de ejercicios están explicados al detalle por parte del fisioterapeuta, además de indicar en qué momento del día realizarlo y qué número de repeticiones necesitaremos. Además debemos hacer hincapié que el reposo total no es una solución. Siempre se puede hacer ejercicio terapéutico o actividades en cualquier lesión independientemente del grado de la misma. Salvo en los casos de fracturas que conlleven inmovilización.
¿Qué es el ejercicio terapéutico?
El ejercicio terapéutico engloba todo el proceso de recuperación y es el conjunto de actividades y ejercicios que el paciente realiza para una buena recuperación. Los ejercicios empezarán siendo pasivos por parte del fisioterapeuta y poco a poco irán siendo activos. Este programa debe realizarse de manera constante para conseguir una buena recuperación y seguir adecuadamente las pautas de los profesionales (fisioterapeuta, entrenador personal, médico). Estos ejercicios tienen como objetivo:
- Conseguir y recuperar la condición física previa a la lesión.
- Evitar atrofia muscular y pérdida de la funcionalidad.
- Prevenir y reducir el riesgo de lesión o recaída.
- Reeducación de los gestos lesionales.
- Mejorar y conseguir un buen estado de salud.
Con ello buscamos los siguientes efectos:
- Reducir y/o eliminar dolor.
- Recuperar la función muscular y articular.
- Preparación muscular para intervención quirúrgica.
- Mejorar el rango de movilidad.
- Acelerar el proceso de recuperación
- Mejorar el equilibrio y coordinación.
Tipos de ejercicios
Este planning de ejercicios es muy variado y se adaptara a las necesidades del paciente. Los ejercicios más habituales son:
- Movilidad con el fin de mantener y/o aumentar el rango de movimiento.
- Tonificación y fuerza muscular con y sin resistencia.
- Ejercicios y pautas posturales.
- Equilibrio, propiocepción y coordinación.
- Ejercicios de relajación y respiración, mindfulness.
- Estiramientos
Es importante que durante el periodo de entrenamiento y rehabilitación tengamos muy presente el dolor, que es un factor muy importante para determinar si la carga de trabajo es óptima, ya que debemos ir regulando la carga e intensidad. Además el dolor nos dará indicaciones de si podemos pasar al siguiente nivel de la rehabilitación y de cómo es la evolución del paciente. Durante la realización de los ejercicios no debemos tener dolor, pero si se puede tener una ligera molestia según qué ejercicio. El paciente sabrá cuales podrá realizar con un poco de molestia y en cuales no deberá notar nada ya que el fisioterapeuta le aportará todo este tipo de indicaciones.
Beneficios de la actividad física
En cuanto a la actividad física, debemos decir que tiende a ser el final de la rehabilitación; en la cual se integra de nuevo al paciente en su deporte de manera progresiva. Si no se realizan, en la clínica mandaremos ejercicios aeróbicos para comprobar que la lesión está bien y que cuando el paciente quiera realizar algún esfuerzo o ejercicio la zona lesionada este óptima para evitar lesiones o recaídas. La actividad física siempre será de manera progresiva y controlada. Además es bastante importante realizarla por la multitud de beneficios que tiene como:
- Obtener una buen capacidad cardiovascular
- Previene enfermedades
- Reduce estrés y carga emocional
- Tonificación muscular
- Produce bienestar
- Actúa como analgésico, sobre todo en lesiones crónicas
Además una vez tengamos el alta, la actividad física es importante en relación a la prevención de lesiones debido al buen tono y fuerza muscular que obtenemos con el ejercicio además de rebajar el estrés, factor predominante en muchas lesiones, sobre todo de espalda.
¿Se puede hacer actividad física desde el principio de la lesión?
La respuesta a la pregunta es siempre que se pueda si, sobre todo por el efecto emocional y antiestrés que produce. La actividad física más común al empezar una rehabilitación será caminar siempre que la lesión nos lo permita. En cambio realizar una actividad física más intensa ya se debe consultar al fisioterapeuta para que el paciente conozca si puede ser beneficioso o perjudicial. Por ejemplo:
- En el caso de dolor de espalda podremos hacer pilates, natación o correr; al tiempo que lo compaginamos con ejercicio terapéutico como planchas o ejercicios para fortalecer. Sin embargo deportes como tenis o pádel debemos evitarlos debido a las posturas que adoptamos durante la práctica.
- Cuando el dolor es de hombro, el deporte estará más limitado y se hará más hincapié en el ejercicio terapéutico y caminar (reducir estrés y carga emocional).
- En el caso de la rodilla, la actividad física se empieza cuando ya hay una evolución en la lesión, suele corresponder al obtener una buena movilidad de flexo-extensión sin dolor.
Esguince de tobillo
Aunque el ejemplo más visual es un esguince de tobillo. Al tener un esguince tenemos dificultad para caminar por lo que se realizan movilizaciones y tratamiento de los ligamentos. En este caso el paciente empezará con ejercicios de movilidad de tobillo. Una vez conseguimos una buena movilidad y poco dolor al realizarlas, pasaremos a hacer ejercicios de propiocepción, ejercicios de coordinación y equilibrio. Con el fin de fortalecer y estabilizar la articulación. Una vez tenemos el pie estable, pasamos a la actividad física como correr, para ver cómo reacciona ese tobillo ante el impacto y esfuerzos y si debemos cambiar algún aspecto en la técnica de carrera o si podría necesitar plantillas.
Por lo que según qué lesión tengamos podremos o no realizar deporte y siempre será aprobado por un profesional sanitario, aunque siempre que se pueda interesa al menos caminar por su efecto emocional y psicológico. Generalmente, suele coincidir con el final de la recuperación aunque según qué casos pueden realizarse desde el primer día, como un dolor lumbar, o aquellos que hasta el final no se puede realizar deporte más allá de caminar, como una luxación de hombro.
Por tanto, el ejercicio terapéutico y la actividad física forman el planning de recuperación activa por parte del paciente. El cual debe seguir las pautas marcadas por los profesionales, donde el ejercicio terapéutico busca principalmente reducir dolor, conseguir buena movilidad, coordinación y fuerza al tiempo que tonificamos en según qué fase se encuentre el paciente. Mientras que la actividad física nos plantea y revela información de cómo se comporta una lesión ante esfuerzos más grandes, explosivos y continuados. Por lo que nos permite saber cómo va el proceso de recuperación, la reinserción y vuelta a la vida cotidiana/ deportiva del paciente.
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