¿Será una “horita corta” el final del embarazo?
Tal como pasa en las películas, en muchas ocasiones pensamos que nuestro parto va a ser muy rápido. Tan rápido que no le va a dar tiempo a llegar a nuestra pareja a ver salir a nuestro bebé.
Bueno, he de deciros, que esto, pasa en contadísimas ocasiones.
Lo normal es que desde que empiecen los dolores hasta que tenemos a nuestro hijo, sobretodo, si es el primero, pasen horas y horas.
Pero cuando se va acercando el final del embarazo nos entran las prisas y queremos que acabe cuanto antes. Pero lo mejor para el buen desarrollo de un parto es que éste se desencadene de forma natural y sin ningún tipo de intervención externa.
¿Qué hacer?
Debemos esperar el momento de la manera más tranquila posible, haciendo aquello que nos haga sentirnos relajadas.
Aprovecha a rodearte de mujeres que han vivido un buen parto, que pueden contarte una buena experiencia e intenta evitar gente negativa esos días. Es frecuente que cuando se va acercar el momento del parto no puedas dormir bien y conviene tener la mente despejada y positiva.
Prepara lo que vas a llevar al hospital con tiempo. No lo dejes para última hora:
Tres mudas para el bebé, tres gorros, camisón abierto por delante, chanclas para la ducha, la bolsa de aseo y libros, música y películas en tu tablet para distraerte. Aunque no lo creas, podrá haber momentos en los que te sientas sin dolor y necesites focalizar tu atención en otra cosa.
¿Cuándo tengo que ir al hospital?
Cuando empieces a sentir dolor, espera a que sea intenso y regular.
Se debe esperar, si tu embarazo es de bajo riesgo (todos tus controles han sido normales) aproximadamente tres horas con contracciones dolorosas cada 2-3 minutos de manera regular en el caso de que sea tu primer hijo y aproximadamente dos horas con contracciones cada 5 minutos en el caso de que sea tu segundo hijo.
Esto quiere decir, que puedes empezar con contracciones regulares pero no dolorosas o con contracciones dolorosas pero no regulares. Debes esperar a que se den las dos circunstancias: dolorosas y regulares.
Durante ese rato, puedes intentar darte un baño de agua caliente para relajar toda la musculatura de la espalda que tendemos a contraer.
O pedirle a tu marido que te de un masaje relajante (Si lo habéis practicado antes, mejor)
Si te relaja, ve a dar un paseo por un parque tranquila y pensando en el proceso del parto como algo fisiológico que muchas mujeres han pasado, dejando de lado los miedos.
¿Tengo que ir al hospital aunque no tenga contracciones?
Si, también hay otros motivos por los que acudir a urgencias:
Si te notas mojada.
Comprueba primero que no es un escape de orina, tan frecuente hacia el final del embarazo. Normalmente los escapes de orina se producen coincidiendo con un esfuerzo. Cuando te levantas de la silla bruscamente, por ejemplo. Si tienes dudas, cámbiate la braguita. Si es un escape de orina habrá sido algo puntual. Si has roto la bolsa, volverás a mojar, pues el líquido continúa saliendo durante todo el proceso del parto.
Si sangras.
Es normal manchar un poquito cuando comienzan las contracciones. Pero si sangras como una regla, acude al hospital. Lo más normal es que sea debido a las contracciones o por roce pero debe verte un profesional para discernir si el sangrado procede del útero.
Si no notas a tu bebé.
Túmbate del lado izquierdo y tómate un zumo para despertar a tu hijo. Si aún así no lo notas también debes acudir a la urgencia del hospital.
Y si tienes fiebre, tensión alta o dolor intenso que no se pasa, también consulta.
Si no aparece ninguno de estos síntomas, aprovecha para hacer las compras que vayas a necesitar, preparar comida para congelar y que los primeros días te pillen con todo hecho.
Disfruta de tu pareja, id al cine, a cenar y a intercambiar experiencias de cómo os sentís en este nuevo reto y cuales son vuestras expectativas.