¿Qué significa cada uno?
Llega el frío, y con él, los temidos mocos en nuestros pequeños. Los mocos, por muy incómodos que nos puedan parecer, es uno de los principales mecanismos de defensa que tiene nuestro cuerpo ante agentes externos que puedan causarnos alguna infección. Y es por esto por lo que los niños de 0 a 5 años tienen mocos casi a diario. Su sistema inmunológico tarda en desarrollarse y crear sus propias defensas. Sin embargo, desde que nacen, su organismo tiene que luchar continuamente contra un sinfín de virus y bacterias. De los cuales, la mayoría entran por la nariz. Su modo de impedir que los gérmenes entren en su cuerpo es produciendo moco para envolver esos gérmenes y expulsarlos al exterior.
Por eso, que los niños tengan mocos es totalmente normal. Pero, ¿qué significa cada tipo de moco?.
- Moco transparente y abundante: Suelen aparecer al principio de un catarro. Tienen un aspecto trasparente y acuoso y vemos como caen continuamente de la nariz del niño. Suelen ir acompañados de estornudos y es un moco que también se produce en el caso de las alergias.
- Moco espeso: Cuando el catarro continúa, la garganta activa sus defensas y hace que el moco baje con mayor espesor y un color más blanquecino. Al bajar el moco a la garganta, notamos que el niño empieza a toser y está peor por las noches cuando se tumba.
- Moco amarillento-verdoso: Este color se lo dan los glóbulos blancos que están luchando contra una infección. Este es el moco que se genera en la garganta y permanece ahí retenido durante un tiempo. Por lo que es más frecuente a primera hora de la mañana. En este caso, como el moco se encuentra en la garganta, los lavados nasales son ya menos efectivos que en los casos anteriores.
MEDICAMENTOS:
El suministro de antibióticos no es recomendable en estos casos puesto que solo tienen efecto ante bacterias. La mayoría de las infecciones que producen mucosidad son provocadas por virus. No existe una medicación efectiva para los virus, por lo que debe ser su propio organismo el que luche contra él y lo elimine. Existen algunos medicamentos que pueden ayudar al peque a pasar mejor el proceso infeccioso. Como pueden ser los jarabes antihistamínicos (Aerius o Civerán) en los procesos iniciales cuando el moco es líquido. Los corticoides nasales (Budesonida) cuando el moco es espeso, para reducir la inflamación de las fosas nasales. Los mucolíticos (Flumil) para reducir la viscosidad del moco.
En el caso de que el moco se acompañe de una tos persistente y sensación de ahogo, nos puede indicar la existencia de una bronquitis o bronquiolitis. En este caso, se le puede administrar un broncodilatador (Salbutamol) para aliviar esa sensación de ahogo.
Antes de suministrar cualquier medicamento, siempre se debe consultar a su pediatra.
Si lo que quieres es evitar, en la medida de lo posible, los medicamentos en Fisiolution contamos con un equipo experto en fisioterapia respiratoria que ayudará a tus hijos a eliminar el exceso de mucosidad. Esto se realizará mediante técnicas físicas, ayudándoles a descansar mejor y a comer mejor para pasar por el proceso infeccioso lo mejor posible.