Los dedos de los pies son más importantes y complejos de lo que parecen, ya que están activamente implicados en la marcha y el equilibrio. Aquí nos vamos a centrar en los dedos menores (todos menos el dedo gordo del pie), que son los que pueden sufrir el famoso dedo martillo.
Los dedos menores del pie tienen todos la misma anatomía, se componen de tres falanges (proximal, media y distal), ligamentos encargados de proporcionar estabilidad, y varios músculos que se insertan allí, y que tienen mucha importancia a la hora de dar el paso. Estos músculos son los flexores, extensores, interóseos y lumbricales.
El dedo martillo aparece cuando la falange proximal se coloca en flexión dorsal, creándose una angulación que provoca que el dedo quede más acortado y que en cambio ocupe más espacio hacia arriba. Esta nueva posición es la que puede generar conflictos, como por ejemplo rozaduras, heridas o callos en la parte superior del dedo por el roce con el calzado.
En otros casos, resulta prácticamente imposible calzarse con normalidad debido a la posición que ya tienen estos dedos.
Pero, ¿por qué se produce el dedo martillo?
Existen diversos factores que pueden provocar esta alteración en los dedos. Por ejemplo utilizar un calzado inadecuado, más corto o estrecho de lo normal; herencia familiar, tener un dedo más largo de lo normal… pero el principal factor que interviene en este problema es un mal balance de la musculatura de estos dedos, que suele ser provocado por alguna alteración biomecánica o de la forma de caminar.
Unos músculos pierden potencia y dejan de hacer su trabajo, entonces la tensión que ejerce el resto provoca estas desviaciones.
¿Se puede tratar un dedo martillo?
El tratamiento dependerá mucho del tiempo y del grado de desviación del dedo. Si el dedo está muy estructurado, lo único que podremos hacer será corregirlo mediante cirugía. Pero si lo cogemos a tiempo, sí que tendremos más margen de maniobra:
- Fisioterapia para valorar la calidad de la función muscular de los dedos y mejorarla.
- Prótesis de silicona a medida, que impidan el desviamiento de los dedos.
- Plantillas a medida, encaminadas a corregir y proporcionar una pisada lo mejor posible.
Algunas recomendaciones
Por último, os dejaremos una serie de recomendaciones, con el fin de evitar en la medida de lo posible la formación de un dedo martillo:
- CONTROLA TU CALZADO. Es muy importante utilizar un calzado conveniente. No debe comprimir los dedos por ser corto o estrecho, y no seguir usándolo esperando a que “dé de sí”. El calzado tiene que ser cómodo desde la primera vez que lo ponemos.
- ANALIZA TU PISADA. Es imprescindible conocer si tenemos una forma de caminar correcta. Caminar mal provoca a la larga multitud de lesiones, como por ejemplo los dedos en martillo.
VISITA REGULARMENTE UN FISIOTERAPEUTA Y UN PODÓLOGO. Aunque nos sintamos bien y no tengamos problemas, es conveniente realizarse chequeos por profesionales. Estos podrán detectar a tiempo cualquier alteración que pueda generar problemas.