NoticiasPodología
24,212

Hongos en las uñas: Qué son y cómo se tratan

Los hongos en las uñas u onicomicosis es una afección del pie muy frecuente en la población adulta. Se produce cuando un hongo invade la uña, provocando cambios en la anatomía de ésta. El tipo de hongo que más suele infectar la uña es el del tipo dermatofito, pero también podemos encontrar algunos tipos de cándida.

¿Cómo se contraen los hongos?

Para que se produzca este problema tiene que haber algún factor que nos predisponga a que el hongo infecte la uña. Estos factores pueden ser externos (los más frecuentes) o internos.

  • Factores externos:
    • Acumulación de humedad y exceso de sudoración del pie.
    • Mala transpiración y calor.
    • Andar descalzo en lugares públicos como vestuarios, piscinas…
    • Traumatismos, ya sean grandes golpes o pequeños traumatismos muy continuados en el tiempo como los que sufre la uña con un calzado muy estrecho o duro.
    • Uso de pintauñas, esmaltes… que ocluyen y debilitan la uña.
  • Factores internos:
    • Edad, con el paso del tiempo la uña pierde su consistencia y resistencia.
    • Problemas inmunes o vasculares.

¿Cómo se manifiestan?

Las formas que tiene de manifestarse una infección por hongos son las siguientes. Tener la uña con alguna de estas características no quiere decir que padezcamos esta afección, ya que hay otras causas que las provocan.

  • Cambio de la coloración de la uña, pasando la mayoría de las veces a estar más oscura o amarillenta.
  • Parte de la uña despegada de la piel.
  • Alteraciones en el crecimiento, como que crezca menos, no crezca o crezca solo en grosor y no en longitud.
  • Acumulación de detritus y restos debajo de la uña.
  • Aspecto quebradizo de la uña.
  • Grietas o rotura de la uña.

¿Cómo se diagnostican?

Hay que destacar que el diagnóstico definitivo de los hongos es un estudio microbiológico (cultivo), aunque en la mayoría de los casos, el profesional (podólogo o dermatólogo) gracias a su experiencia y al estudio de la uña y de los antecedentes del paciente, puede descartar una posible infección de hongos.

Prevención

Antes de hablar sobre el tratamiento hay que destacar la importancia de la prevención de estas infecciones, con una serie de actuaciones bastante sencillas.

  • Controlar el exceso de humedad del pie, ya sea controlando la sudoración con polvos o sprays, o con un cambio frecuente de calcetines o calzado.
  • Mantener los pies aireados y frescos.
  • Usar chanclas en piscinas o vestuarios y secar bien el pie antes de calzarnos.
  • Evitar calzados cortos, de puntera baja o estrechos, que nos hagan notar presión en los dedos. Tampoco conviene que el tejido del calzado sea muy duro.
  • Visitar regularmente a un podólogo para controlar cualquier indicio de infección.

Tratamiento

Hay tres líneas principales de tratamiento:

  • Tratamiento sistémico
    • Son antifúngicos orales, no muy recomendables porque pueden afectar al hígado o al riñón.
  • Tratamiento tópico
    • Son las lacas ungueales. Suele ser un líquido con un pincel que hay que aplicar en la uña a diario tras limarla para que penetre mejor. El principal inconveniente que presentan es que los tiempos de tratamiento son muy largos y pueden hacer que dejemos el tratamiento a medias. Lo normal es observar cambios en torno a los 6 meses.
  • Tratamiento láser
    • Se eliminan los hongos por medio de disparos de calor, directamente sobre la uña, que no provoca ningún tipo de problema añadido salvo la molestia que puede ocasionar alguno de los disparos del láser.

Posts relacionados