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La importancia de la familia en un deterioro cognitivo

Los avances sanitarios, farmacéuticos y científicos-tecnológicos han favorecido que la esperanza de vida en España se haya incrementado acusadamente (Cebrino Casquero, 2012). De esta forma, los españoles vivimos más años, pero este hecho no tiene por qué estar relacionado con experimentar un envejecimiento saludable.

Una minoría de personas, quizás 1 de cada 100, avanza en la vida sin apenas mostrar declive cognitivo, y se considerarían ejemplos de envejecimiento con éxito. Sin embargo, otra trayectoria de envejecimiento se caracteriza por un declive de la función cognitiva superior al esperable por el envejecimiento típico, siendo este declive reconocido por quienes lo experimentan y ocasionalmente por las personas de alrededor (Petersen, 2011).

En concreto, el deterioro cognitivo leve (DCL) es un motivo frecuente de consulta en atención primaria en personas mayores de 60 años, con prevalencia de aproximadamente el 15-20% (Petersen, 2010).

La sintomatología que suele presentar una persona con deterioro cognitivo leve (DCL) es la siguiente:

  • Queja cognitiva que refleja un cambio de cognición determinado por el paciente, por el informante o el clínico.
  • Evidencia objetiva de alteración en uno o más dominios cognitivos (típicamente la memoria).
  • Preservación de la independencia en las capacidades funcionales.

Importancia de un diagnóstico correcto del deterioro cognitivo

Ante cualquiera de esta sintomatología, o preocupación por la pérdida de memoria, es recomendable que consulte a su médico. Conviene ir acompañado de un familiar o amigo para que responda a algunas preguntas a partir de sus observaciones.

Aceptar la pérdida de capacidades cognitivas y la posible aparición de una demencia no es fácil, ni para para la persona afectada en sí (a veces intentan ocultarlo, utilizando como mecanismo de defensa la negación), ni para la familia (en ocasiones, compensan la pérdida de esas capacidades sin ser conscientes de lo mucho que se han adaptado a esa discapacidad).

Un diagnóstico precoz conlleva una serie de ventajas, como poder administrar los tratamientos tanto farmacológicos como no farmacológicos más acordes a la situación de la persona, poder planificar las estrategias de evolución de la enfermedad, evitando toda probabilidad de accidentes, y realizar una educación temprana a los cuidadores.

Impacto del deterioro cognitivo, en la familia

Todas las personas tenemos un círculo de comodidad en la que nos sentimos seguros, protegidos y confortables. Dentro de este círculo de confort se encuentra nuestra rutina y comodidad, es decir, todo aquello que conocemos y controlamos. El diagnóstico de deterioro cognitivo no impacta exclusivamente sobre la persona que la padece, sino que afecta a toda a la familia. Ante ese diagnóstico, se produce una ruptura de nuestro círculo de confort y seguridad, dejando entrar en su interior la incertidumbre, produciéndose un desequilibro en ese sistema. Es aquí, cuando empezamos a sentirnos perdidos, desvalidos, inseguros ante lo desconocido, y el miedo mezclado de otras emociones nos paralizan (Fase de la etapa aguda del duelo) (Petit et al., 2004).

La irrupción del deterioro cognitivo dentro de la vida familiar origina una situación nueva que modifica irremediablemente la vida familiar y cuyas consecuencias son en principio, totalmente imprevisibles.

deterioro cognitivo

Según Petit (2004), la familia debe enfrentarse a la consecución de un doble objetivo:

  • Conseguir el bienestar de la persona enferma. Es importante que la familia entienda y acepte la enfermedad, para luego poder ayudar y actuar con la persona enferma. Deberá tomar las decisiones y llevar a cabo las estrategias más adecuadas en cada momento.
  • Seguir con su vida personal, familiar y social.

 ¿Qué pautas podemos seguir para ayudar a un familiar/amigo diagnosticado de deterioro cognitivo?

Independientemente de si su papel de cuidador se produce de forma gradual o súbita, es posible que experimente muchas emociones y sentimientos que son totalmente normales en este camino de cuidar y acompañar a un ser querido, el miedo hacia el futuro, la evolución de la enfermedad, los cambios de planes y sentimientos como la ira, la frustración, la soledad… conviven a su vez con la valentía, la confianza, la seguridad… que conseguirá, adoptando las estrategias adecuadas.

Para ello le proponemos que en este recorrido desconocido, elabore un plan que se ajuste a las circunstancias de cada momento y tenga la suficiente flexibilidad como para hacer los cambios oportunos, si las circunstancias así lo requieren.

Le proponemos una serie de pautas para ello:

  • La información es poder

    Infórmese sobre la enfermedad, en qué consiste, cuáles son síntomas, hacia donde evoluciona, para poder comprender y actuar.

  • Acompáñalos

    En las revisiones neurológicas, MAP y resto de especialistas de la patología que padezca.

  • Motívelos

    Para acudir a un centro especializado en estimulación cognitiva. Con el objetivo de potenciar y/o mantener las capacidades preservadas el mayor tiempo posible, correlacionando positivamente con un mayor mantenimiento de su independencia en las actividades de la vida diaria, por tanto, garantizando una mayor calidad de vida.

  • Hable con su entorno y ofrézcale una ayuda concreta

    Un cuidador principal suele pasar 24 horas/ 365 días, siendo en ocasiones una experiencia agotadora tanto a nivel emocional como físico. Pasar unas horas con nuestro amigo, beneficia a ambas partes, tanto a la persona afectada como a su cuidador.

  • Mantenga el contacto, visitelo

    Realice las actividades que hacían antes del diagnóstico. La persona enferma es consciente de sus dificultades y sufre, por tanto, no le deje de lado. Pasear y hablar es una magnífica terapia. Intente evitar el aislamiento social, éste es un factor que correlaciona positivamente con un mayor deterioro.

  • Evite el sedentarismo de la persona y que practique ejercicio físico con regularidad

    El ejercicio físico es muy recomendable a todas las edades y es un medio para mejorar tanto la salud cardiovascular como el rendimiento cognitivo. No en vano, existen multitud de estudios que avalan el efecto beneficioso de la actividad física sobre las funciones cognitivas como la memoria y la atención. Caminar una hora al día y hacer cualquier actividad, siempre, respetando sus gustos y aficiones, será positivo tanto a nivel físico como emocional.

  • Es importante que continúe con sus actividades diarias y responsabilidades cotidianas

    Trate de buscar actividades novedosas que estimulen el cerebro. Romper con la rutina ayuda a establecer y consolidar nuevas conexiones neuronales. Por ejemplo, planifique de forma regular visitas a museos, salidas a la naturaleza, viajes culturales, etc.

  • Intenten mantener una dieta sana y equilibrada

    En materia de alimentación saludable, la dieta mediterránea es un referente. Incremente y priorice el consumo de aceite de oliva, frutas, verduras, hortalizas, legumbres y carnes blancas como el pollo o el conejo. Evite el exceso de grasas animales en su dieta y limite el consumo de carnes rojas. Además, existen algunos estudios que han demostrado que los ácidos grasos omega 3, presentes en abundancia en el pescado azul o en los frutos secos.

  • Háblele de manera clara y sencilla

    Si tiene problemas en la comprensión y producción del lenguaje, intente evitar preguntas abiertas.

  • Respete su espacio y sus tiempos

    Somos nosotros quienes debemos adaptarnos a las necesidades de la persona, pues es ella, quien tiene afectación en ciertas capacidades cognitivas.

  • Sea empático y comprensivo

    No se tome nada como algo personal. Puede que se sienta algo más irritable y frustrado, como consecuencia de la dificultad que presenta ante determinadas tareas. Si está confundido, no aumente su confusión con discusiones o rebatiendo sus ideas.

  • Recuerde que lo último que se pierde son las emociones

    Sea cercano y afectuoso hasta donde le permita, evitando en todo momento un lenguaje y conducta infantilizada.

  • Ayude solo en el grado y momento que sea necesario

    Evite la sobreprotección y apóyese con adaptaciones y recursos que le permitan hacer la misma actividad con autonomía.

  • Utilice la imaginación y la creatividad en su día a día

    Tiene que encontrar la manera de mantener activo a su familiar y motivarle a realizar las tareas, lo que hoy me funciona puede que mañana no.

  • Mantenga el sentido del humor

    Mantener una vida sana emocionalmente es un gran escudo contra estados de ánimo que perjudican a ambas partes.

Tras estas pautas resulta evidente observar el papel tan importante que tiene el familiar de una persona con deterioro cognitivo para preservar la autonomía de la persona, y con ello disminuir y/o retrasar otros factores que también se ponen de manifiesto a una mayor dependencia; el gasto económico de la familia, el retraso de la institucionalización y la sobrecarga del cuidador principal.

Los profesionales de Cognitiva vemos en nuestro día a día como un familiar comprometido con los tratamientos tanto farmacológicos como no farmacológicos, implicado en conocer cómo preservar la autonomía, dispuesto a recibir estrategias, formación… es una garantía para la calidad de vida tanto de la persona enferma como de ella misma.

Su grado de compromiso e implicación es crucial en todas las esferas, una persona con deterioro cognitivo precisa de ese soporte y motor que le apoye e impulse en la actividades de la vida cotidiana.

“Se supone que los desafíos de la vida no están para paralizarte; están para ayudarte a descubrir quién eres.”

Bernice Johnson Reagon

Artículo de nuestros amigos cognitiva unidad memoria, no te pierdas más noticias pinchando aquí  cognitiva unidad memoria

Bibliografía

Cebrino Casquero, F. (2012). Esperanza de vida en España. eXtoikos, 135-137.
Petersen, R. (2010). Mild Cognitive impairment. Continuum (Minneap Minn), 404-4018.
Petersen, R. C. (2011). Mild Cognitive Impairment”. New England journal of Medicine; 364: 2227-2234.
Petit J, Gaya P, Casals A. (2004).  La atención psicológica a la familia en las demencias y en la enfermedad de Alzheimer. En Deví J, Deus J, editores. Las demencias y la enfermedad de Alzheimer: una aproximación práctica e interdisciplinar. Barcelona: Isep Universidad, 2004: 637-655.

Ana Belén Vázquez
Trabajadora Social y directora Cognitiva Argüelles

Sonia Cuello
Psicóloga Cognitiva Argüelles
Nº colegiado  M- 27586

Etiquetas: Cognitiva, deterioro cognitivo

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