“En el amor se da la paradoja de dos seres que se convierten en uno y, no obstante, siguen siendo dos”
Fromm, Erich (1900-1980)
Según Arienzo y Vivaldi (1978) la pareja estable y satisfactoria únicamente se encuentran en las novelas de ficción. Desde que somos niños, los cuentos nos muestran historias de parejas que a pesar de las dificultades logran establecer relaciones estables y, a los ojos de cualquiera, perfectas.
Sin embargo, la ciencia y la experiencia en consulta, nos hace comprobar que las novelas rosas pertenecen a la fantasía. La realidad, por más que nos cueste reconocerlo, es muy distinta.
¿Qué puede ocurrir si mis creencias se aproximan en mayor medida a las novelas que a la realidad? ¿Cómo me puede afectar considerar que los otros viven situaciones idílicas y yo no logro alcanzarlas? Cualquiera que esté dispuesto a no cambiar el modelo que nos han inculcado en nuestras primeras etapas está abocado a la búsqueda de relaciones imposibles, a la crítica continuada de nuestra pareja, a la insatisfacción vincular y en definitiva al sufrimiento personal.
¿Cómo ajustar mis expectativas a la realidad?
Lo primero que debo conocer es lo que sí existe; es decir, qué modelo de referencia puedo llegar a alcanzar. En consulta, preferimos hablar de “pareja eficaz”, consiste en haber logrado un equilibrio para mantener la cohesión, estabilidad y capacidad de progresar ante los momentos de crisis.
La trayectoria rectilínea de estabilidad y avance tampoco existe, debemos asumir y encajar que los altibajos son inevitables y que las “crisis” son “oportunidades de mejora”. Todas las parejas, como las personas, tenemos “puntos débiles” y “puntos fuertes”, que se deben conocer para mejorar los primeros y reforzar los segundos.
A partir de este momento, cuando hemos podido asumir estas premisas, podemos proponernos trabajar para aumentar nuestra eficacia en pareja:
- Sé amable con quien más quieres. En muchas ocasiones, somos capaces de regalar más sonrisas a aquellas personas que apenas conocemos que a los que tenemos más cerca. Para incrementar los momentos agradables, es importante cuidar las sutilezas, demostrar al otro respeto y que lo tenemos en cuenta.
- Mejorar los hábitos que al otro le desagradan. Estos pequeños hábitos pueden convertirse en muy dañinos cuando la pareja está sufriendo una crisis. Si conoces tus hábitos que al otro le irritan, haz un esfuerzo por modificarlos.
- Sorprender al otro haciendo cosas bien. Para que una relación fluya en positivo, es necesario reforzar todo aquello que se aproxime a lo que deseo.
- Lograr la confianza. Una de las características que define una relación eficaz es la confianza. Y esto no se logra solo con lealtad conyugal, sino siendo franco, afrontando nuestros propios errores, teniendo en cuenta los compromisos, no faltando a nuestra palabra o apoyándose en la otra persona.
- Mantener una adecuada comunicación. En ocasiones, comunicamos aspectos muy importantes en circunstancias inadecuadas. Es necesario encontrar un espacio para hablar de sentimientos y conflictos o el tiempo puede convertirnos en perfectos extraños.
- Lograr una identidad común y vuestra propia autonomía. Encontrar las reglas que a vosotros os funcionan y que los dos deseáis. Olvidaos de falsos mitos o modelos de referencia. Paralelamente, encuentra tu espacio individual que te satisfaga, independientemente al de tu pareja.
En conclusión:
Desde el inicio de una relación de pareja, tomamos decisiones que nos afectan emocionalmente de forma transcendental. Si en este camino, te encuentras en un punto sin salida o sin retorno, y deseas avanzar con la ayuda de un profesional, te recomendamos una terapia de pareja o individual. Te ayudaremos a observar la situación desde otra perspectiva y refuerce tus habilidades para solventarlo.