Normalmente entre los padres y madres aparecen dudas sobre los pies de sus hijos en sus primeros años de vida, “veo que el pie no tiene la forma correcta, esta aplanado”, “desgasta todo el calzado por una zona concreta”, “cuando camina o corre mete los pies hacia adentro” … Pues bien, aquí intentaremos aclarar un poquito cuándo estos problemas están dentro de la normalidad y cuándo empieza a ser necesario el uso de una plantilla ortopédica correctora previo estudio del pie y la pisada.
Al igual que el resto del cuerpo, al nacer, la estructura que conforma el pie no está completamente formada; los huesos, músculos, tendones y ligamentos irán creciendo y evolucionando hasta conformar una estructura sólida y compleja capaz de soportar el peso de todo el cuerpo como es el pie de un adulto.
Un caso que nos encontramos en consulta muy a menudo es que aparecen con niños o niñas de menos de 2-3 años, que al caminar o al estar de pie, presentan un arco interno totalmente colapsado, es decir el pie está plano. Esto no tiene por qué ser patológico, puede ser normal, ya que durante los primeros años de vida el pie no es capaz de mantener la posición del arco plantar, y poco a poco, las estructuras irán cogiendo fuerza para generar un arco.
Un signo que nos indicará que algo no va bien a estas edades tan tempranas será que el niño se queje de dolores, tanto en el pie como en rodilla, cadera o espalda; o que no quiera correr, caminar o jugar, o que nos dé la sensación de que se cansa muy rápido o que se aburre y deja la actividad que esté realizando para sentarse o tumbarse. En estos casos si habrá que visitar un profesional para valorar las posibles causas del problema.
¿Cuándo podemos poner unas plantillas a un niño?
Normalmente se suele considerar la mejor edad para tratar un pie con una plantilla entre los 5 y 13 años, ya que el pie tiene ya una estructura aceptable, y sigue con un crecimiento que nos podrá permitir corregir aspectos del pie o de la marcha que no sean del todo correctos.
Es muy importante recordar que el uso de plantillas deberá estar guiado siempre por un profesional cualificado para ello, como un podólogo o un traumatólogo.
En este tramo de edad, es recomendable realizar revisiones anuales de los pies de nuestro niño o niña con el especialista para asegurarnos de que la evolución y el crecimiento de los mismos se produce correctamente. Eso sería lo ideal, pero como en muchos casos no suele suceder esto, os dejamos una serie de alarmas que nos harían sospechar de alguna posible alteración en la pisada o el pie de nuestros hijos/as:
- Lógicamente la señal más clara de que algo no va bien. No tiene por qué ser localizado en el pie, muchos dolores que se producen en el resto del cuerpo pueden venir provocados por un mal reparto de las cargas a la hora de caminar.
- Desgastes del calzado. Que el calzado de un niño/a se desgaste muy rápido es lo más normal del mundo, simplemente porque lo habitual es que no paren quietos. Sin embargo, si ese desgaste es muy pronunciado en una zona específica, es distinto de un pie al otro o provoca deformidades en el calzado, tendremos que visitar al podólogo. (Es importante recordar que un calzado con la suela muy desgastada puede ser muy muy perjudicial para los pies de los niños/as, ya que provocará sobrecargas y torsiones en zonas donde no deberían aparecer).
- Forma de caminar o correr. Importante fijarnos siempre en nuestras hijas o hijos cuando caminan o corren, ya que ahí podemos descubrir muchas alteraciones. No entraría dentro de la normalidad que caminase con los pies mirando hacia adentro o hacia afuera, que caminase o corriese de puntillas, que se tropiece constantemente, que se canse más de lo normal, o simplemente que observemos que los movimientos que realiza son forzados y no parecen naturales.
- Torsiones y asimetrías. Mucha atención a todo lo que veamos diferente de un lado del cuerpo respecto al otro, ya sean alturas (de hombros, caderas, rodillas…), formas o formas de realizar el movimiento. También debemos fijarnos si cuando nuestro hijo está sentado y le cuelgan los pies, éstos se meten hacia adentro o hacia afuera; o si las rótulas miran al frente (que sería lo normal); o finalmente si las rodillas vistas desde delante o detrás forman una X o se colocan en forma de paréntesis (genu valgo y genu varo).
- Si diagnostican una escoliosis a nuestro niño o niña será importante realizar un estudio del pie.
¿Qué pasa si mi hijo ya ha pasado la edad idónea?
No pasa absolutamente nada, los tratamientos siguen siendo efectivos y sigue siendo recomendable revisar los pies y realizar estudios de la pisada. Lo único que sucede es que a partir de los 13-15 años, los huesos y el resto de partes que componen el pie se encuentran en su desarrollo final, por lo que será muy difícil que con el uso de las plantillas se produzca algún tipo de corrección. Esto no quita que cuando el chico o chica lleve puesto el tratamiento ortopodológico y lo esté usando, el problema o alteración por el cual se han puesto las plantillas se está controlando. Es decir, mi pie por ejemplo va a seguir siendo plano para siempre, pero cada vez que tenga las plantillas puestas no va a actuar como un pie plano, evitando todas las posibles lesiones que pueda provocar esa posición anómala del pie.
Lo mismo sucede con los adultos, no se provoca una corrección de la posición del pie, pero sí se solucionan los problemas asociados a la misma.
Las plantillas serán a medida de cada niño, tras un estudio biomecánico del pie y de la pisada, que nos indicará el tratamiento ideal para solucionar el problema. La vida media de las plantillas es variable cuando son infantiles, ya que depende mucho del crecimiento del pie, por eso es muy importante seguir una pauta de revisiones con el especialista.
Plantillas y deportes
Me gustaría reseñar antes de terminar una cosa importante, en el deporte en edad infantil y juvenil, ya sea de alto rendimiento o recreacional, es sumamente necesario realizar revisiones cada temporada, lógicamente médicas, pero también de los pies, que suelen ser los que sufren los excesos de carga y los gestos deportivos.
Un muy alto porcentaje de las lesiones que sufren los niños y niñas practicando deporte se pueden evitar, simplemente con patrones de estiramientos, plantillas, o corrección del gesto deportivo (golpeo, carrera, salto…)
Por último, siempre recomendamos que, ante cualquier duda que nos pueda surgir sobre los pies o la forma de caminar de nuestro hijo o hija, consultéis con nuestro servicio de podología, para aclarar y guiar cualquier posible problema.
Bibliografía
- Antón, LM, y Angulo, S: El pie plano infantil en la consulta diaria. Acta Ped Esp, 10: 871-877, 1992.
- Fixsen, JA, y Valmal, HB: Minor orthopaedic problems in children. Br Med J, 283: 715-717, 1981.