Los pies se convierten en una estructura importantísima para nuestro cuerpo, así que debemos observarlos, protegerlos, cuidarlos y mimarlos. Una de las maneras que tenemos para conseguirlo es mediante el estudio de la pisada, y daremos una serie de razones por las cuales es importante hacerlo.
Lo primero de todo es explicar en qué consiste un estudio de la pisada. En un estudio de la pisada se realizan una serie de pruebas, movilizaciones, manipulaciones y test principalmente en el miembro inferior, y sobre todo en el pie, con el objetivo de mostrar cómo se comporta el pie en las distintas fases de la marcha (apoyo inicial, apoyo completo y despegue del pie). Para ello el podólogo realizará un análisis estructural del pie y miembro inferior, así como una valoración de la marcha y un estudio baropodométrico en una plataforma de presiones.
Conociendo la forma que tienen nuestros pies y piernas de actuar a la hora de caminar, podremos descubrir muchas cosas, que cogidas a tiempo pueden hacer que evitemos problemas futuros.
Si el resultado de este estudio nos mostrase alguna alteración de la marcha, el podólogo se encargaría de proponer los tratamientos indicados para solucionar ese problema, como podrían ser cambios en el calzado, plantillas funcionales, control de la actividad física, fisioterapia…
Dolores y alteraciones en el pie, clave en el estudio de pisada
Lógicamente, este es el motivo más obvio por el cual ir a la clínica a realizarnos el estudio de la pisada. Tenemos un dolor en el pie, de cierto tiempo de evolución, que no mejora, o no termina de desaparecer, ni con reposo, antiinflamatorios, fisioterapia… o que simplemente, sí desaparece, pero una vez que retomamos la vida normal vuelve a aparecer. Claramente aquí habrá algo que no esté del todo correcto y nos lo esté causando.
También puede ser que no tengamos dolor pero que estemos notando que la forma de nuestro pie está cambiando, se están deformando. Ahí también entra el estudio para ver por qué sucede esto.
Los dolores y alteraciones más frecuentes en el pie suelen ser:
- Talalgias (dolores en el talón).
- Fascitis plantar (dolor en todo el trayecto del arco del pie).
- Metatarsalgias (dolores en la zona de la almohadilla plantar).
- Tobillo (esguinces de repetición).
- Dedos en garra.
Inestabilidad de la marcha
Es muy difícil que tengamos una pisada 100% perfecta, simplemente por el hecho de que el ser humano no es simétrico, por eso, a menudo nos encontramos con gente que a simple vista se nota que mete un pie hacia dentro al caminar, tiene las rodillas arqueadas o no sabemos valorar qué tiene, pero no camina de forma natural.
También nosotros mismos podemos darnos cuenta de que apoyamos más la zona interna del pie que la externa, o que, por el contrario, se nos va el pie hacia fuera al andar, e incluso se puede llegar a torcer el tobillo cuando vamos caminando. Otra de las cosas que habitualmente nos notamos nosotros mismos es que cuando estamos de pie siempre descansamos sobre el mismo pie, o que el bajo del pantalón sobra más de un lado que de otro (dismetría, un miembro más largo que otro).
Estas alteraciones, pueden ser adquiridas, causadas por ejemplo por accidentes o por cirugías, o presentarlas desde siempre.
Es importante el estudio de la pisada en estos casos, sobre todo para ser conscientes de cómo es nuestro cuerpo, porque puede ser que llevemos toda la vida con una alteración de este tipo y no hayamos tenido nunca un problema, incluso que no lo vayamos a tener en toda nuestra vida, pero lo normal en estos casos es que a medio o largo plazo nuestro cuerpo se resienta y surja algún tipo de lesión.
Niños
El cuerpo de nuestros hijos o hijas está en constante crecimiento, y por tanto cambio. Esto hace que los pies y los pasos de ellos pasen por muchas fases, que no tienen por qué ser malas. Es importante en niños llevar un control del pie y la pisada, para asegurarnos de que el crecimiento es óptimo, la marcha correcta, y que todo el desarrollo se va produciendo en su justo momento y lugar.
Caídas frecuentes, no querer caminar o correr, o mucha fatiga podrían ser indicativos de que algo no va bien en el pie del niño.
Las principales alteraciones que vemos en clínica en niños son los pies planos y la enfermedad de Sever.
Problemas con el calzado
Está claro que cada persona es un mundo y que no todos somos capaces de soportar o disfrutar de los mismos tipos de calzado. Por ejemplo, hay gente que es incapaz de usar calzados con la suela muy fina y plana, o tacones, o suelas muy duras… El podólogo nos podrá guiar sobre qué tipo de calzado es el idóneo para nuestros pies, por qué desgastamos más una parte de la suela que otra, o por qué no podemos soportar usar cierto calzado o nos duelen los pies con él.
Actividad deportiva
Muchas veces nos encontramos ante la siguiente situación, quiero empezar a hacer ejercicio, para perder peso, para sentirnos mejor… y me calzo y salgo a correr, sin más. O me voy al gimnasio a hacer spinning o elíptica. Esto puede ser un error gravísimo, y puede fastidiarnos mucho en forma de lesiones.
Lo primero que tenemos que tener claro si vamos a empezar a hacer deporte es qué queremos hacer, cómo lo podemos hacer y si somos capaces de hacerlo.
Para responder estas preguntas nos va a hacer falta ayuda profesional, como entrenadores o readaptadores para que nos vayan ajustando correctamente la carga de trabajo, o fisioterapeutas que pongan a tono nuestra musculatura. También es importante la figura del podólogo, para valorar la posición de los pies durante la carrera, o el salto, y así prevenir cualquier lesión inoportuna que nos tenga que hacer parar. También nos guiará sobre la correcta elección del calzado.
También es importante el estudio de la pisada en deportistas ya consolidados, o incluso de alto rendimiento, ya que muchas veces, una simple corrección de la marcha mediante plantillas puede hacer que nuestros resultados se vean incrementados.
Dolores de espalda, cadera o rodilla
Tener una mala pisada no solo nos puede provocar dolores locales a nivel del pie. Hay que tener en cuenta que nuestro cuerpo es una cadena, y todo está conectado y unas estructuras dependen del correcto funcionamiento de otras. Por eso, tener una mala alineación del pie, nos va a provocar a cada paso, una serie de inestabilidades a nivel de rodilla, cadera y espalda, que se traducirán en una mala movilidad de las mismas, pudiendo aparecer dolores en cualquiera de estos puntos.
También puede pasar lo contrario, que tengamos un problema de base en la espalda, por ejemplo, una hernia lumbar, o un problema de menisco en la rodilla, y que necesitemos ver si mediante el estudio de la pisada y las plantillas ortopédicas podemos generar una descarga a ese nivel.
Lesiones musculares recurrentes
Muchas veces nos pasa que tenemos un músculo que en determinadas situaciones duele, o se sobrecarga o lo notamos más tenso. Pero siempre que lo valora el especialista no aparece lesión que lo pueda justificar. Aquí tenemos que preguntarnos por qué nos pasa esto, tiene que haber algo que lo esté provocando, ya sea un gesto repetitivo que hagamos en el trabajo, la posición a la hora de conducir, pero también puede venir de la pisada.
Igual que en la anterior, una mala base del pie generará que ciertos grupos musculares tengan que trabajar más que otros, para compensar, lo que hará que éstos tengan más tensión, y por lo tanto, más posibilidades de lesionarse.
Detección y prevención
Aunque no nos afecte ninguna de las razones anteriores, siempre viene bien realizarse un estudio de la pisada preventivo, con el fin de detectar cualquier patrón del pie o de la pisada que pudiese provocar problemas a medio-largo plazo.
Desde Fisiolution, estaremos encantados en recibirte, estudiar tus pies, y hacer que cada paso sea mejor que el anterior.
Bibliografía
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Martinez-Nova, A., Pascual Huerta, J., & Sanchez-Rodriguez, R. (2008). Cadence, age, and weight as determinants of forefoot plantar pressures using the Biofoot in-shoe system. J Am Podiatr Med Assoc, 98(4), 302-310