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El TDAH, todo lo que necesitas saber

¿Qué es el TDAH?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, más conocido como TDAH, es un trastorno neurobiológico que supone un desarrollo o un funcionamiento deficitario e inadecuado de las conexiones neuronales del cerebro (Ariza et. al, 2020).

Este trastorno tiene una relación con el carácter genético. Por tanto, se puede heredar (Fernandes, Piñón y Vásquez-Justo, 2017), pero los factores más determinantes son los factores ambientales (como, por ejemplo, el divorcio de los padres, los estilos de crianza inadecuados, el ambiente familiar, etc.) y los factores neuropsicológicos. Estos últimos, producen en el niño alteraciones de la atención, impulsividad, e hiperactividad motora (Ariza et. al, 2020; Fernandes et. al, 2017).

Generalmente, el TDAH aparece en la niñez. Con una prevalencia entre el 6-9% en niños y adolescentes, y puede extenderse a la edad adulta (Fernandes, Piñón y Vásquez-Justo, 2017).

Síntomas del TDAH

Se caracteriza por una dificultad para mantener la atención de forma voluntaria, frente a actividades tanto académicas como cotidianas, y/o por presentar una falta de control de impulsos. Puede darse el tipo inatento, hiperactivo o mixto (donde presenta síntomas tanto de inatención como de hiperactividad).

Esta inatención provoca que la persona sea incapaz de completar una tarea, se distraiga con facilidad o le sea imposible concentrarse, y tenga dificultades para participar en actividades que exijan continuidad durante un cierto periodo de tiempo.

La hiperactividad suele mostrarse como una incapacidad de quedarse quieto, la persona está en movimiento continuamente, como si estuviera “acelerada” en todo momento.

Y la impulsividad impide a la persona pensar antes de actuar, cambia de una actividad a otra con mucha frecuencia y presenta una incapacidad para organizar el trabajo. En niños, además, es muy frecuente que perturbe las clases o los grupos.

Como podemos ver, estos síntomas en realidad son muy comunes y normales en niños de determinadas edades, y no quiere decir que al ser más activos o les cueste concentrarse deba de padecer un TDAH. Para que pueda considerarse que una persona presenta este trastorno, la inatención y/o la hiperactividad e impulsividad debe de mantenerse durante al menos 6 meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo del niño, y que afecten directamente a las actividades sociales y académicos o laborales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder).

Realizar un buen diagnóstico es necesario. Pero a la vez, debemos tener cuidado. Es importante dejar claro que el diagnóstico no lo es todo. Debemos evitar poner etiquetas a las personas por el trastorno que presentan, pues no queremos que un niño, desde tan temprana edad, crezca con una “tarjeta de identificación” que ponga “soy un TDAH”.

En cuanto al tratamiento, existen la intervención farmacológica y la psicoterapéutica. Siendo esta última la más adecuada.

Tratamiento farmacológico

Muchos tenemos ideas erróneas sobre este trastorno, lo que puede afectar a la forma de ayudar a las personas con este problema. La creencia de que el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad tiene una causa biológica y genética está muy extendida, y a raíz de esto pensamos que la solución está en los fármacos.

Para el TDAH, se suele prescribir el metilfenidato, un psicoestimulante de la familia de las anfetaminas y metanfetas (Ariza et. al, 2020). Pero, ¿realmente es bueno administrárselo a los menores? Creemos que no.

El TDAH no requiere un tratamiento farmacológico. La creencia de que el trastorno tiene un origen genético es errónea y carente de fundamento empírico. El carácter biológico tiene relación con este trastorno, pero no es la causa (Ariza et. al, 2020; García de Vinuesa, González y Pérez, 2014).

Los fármacos tienen una función meramente paliativa, disminuye o elimina los síntomas, pero no son curativos. Los podemos usar como apoyo o complemento temporal, pero si basamos el tratamiento en el uso de medicamentos, estancaríamos la recuperación y generaríamos dependencia, lo que supondría efectos contraproducentes (Ariza et. al, 2020). Incluso, se ha visto que los fármacos no mejoran la condición clínica del niño. Estos anulan, además de las conductas problema, la curiosidad y la exploración, que son conductas normales y sanas, propias del desarrollo en los niños (García de Vinuesa et. al, 2014). Además, si se toma la medicación por mucho tiempo, puede tener efectos secundarios como un peor rendimiento escolar, o afectaciones en la salud como problemas cardiovasculares (García de Vinuesa et. al, 2014).

Tratamiento psicológico

En la intervención del TDAH se ha demostrado que la psicoterapia tiene una eficacia superior al tratamiento farmacológico (Ariza et. al, 2020; García de Vinuesa et. al, 2014), donde los niños aprenden estrategias de organización y autocontrol. Dentro de la psicoterapia, las ramas de psicología cognitivo-conductual, la psicoanalítica o psicodinámica, la psicología humanista, y la sistémica, son las que más destacan en cuanto a eficacia en el tratamiento del TDAH.

  • La psicología cognitiva-conductual y sistémica están centradas en la solución del problema, en el cambio o en los síntomas. Entienden que el problema del trastorno reside en los síntomas, por tanto, se centran más en los aspectos que se pueden observar, como las conductas.
  • La psicodinámica y el modelo humanista son terapias más “profundas”, centradas en la comprensión de las causas.
  • También se han visto que los modelos integradores tienen una gran validez para el tratamiento del TDAH. La psicoterapia integrativa reúne varios enfoques terapéuticos y está enfocada en la importancia de la relación interpersonal (Erskine, 2016).

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Bibliografía:

American Psychiatric Association (1994). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. (5a. ed)

Ariza M.L., Bullón A., Campo J., Chico M.V., Navas F., Nevot A., Pérez D., Salmerón R., Sánchez A., Teba E. (2020). La educación que vendrá. Colegio Oficial de Docentes. Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias. (291). 26-31.

Erskine R. (2016). Presencia Terapéutica y Patrones Relacionales. Integrative Psycotherapy.

Fernandes S., Piñón A., y Vázquez-Justo E. (2017). Concepto, evolución y etiología del TDAH. Lex-Localis. 1-6.

García de Vinuesa F., González H., y Pérez M. (2014). Volviendo a la Normalidad. La invención del TDAH y el Trastorno Bipolar Infantil. Madrid: Alianza Editorial

Etiquetas: TDAH, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

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