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Tendinopatías, ejercicio y movimiento como tratamiento

Para comenzar lo primero que debemos saber y entender es qué es un tendón y cuál es su función. Un tendón es una estructura anatómica sólida, potente, fuerte pero poco elástico que siempre vuelve a su posición fisiológica, por lo que no es deformable. Está compuesto por un tejido conectivo que une el músculo al hueso. Su función es favorecer la activación muscular, generando movimiento en la estructura corporal correspondiente.

Los tendones siempre se encuentran en los extremos musculares para favorecer la unión con el hueso. Estos tendones según su localización en el cuerpo humano pueden estar cubiertos por una vaina sinovial. Esta vaina es una capa fibrosa y serosa que rodea al tendón, y está formada por un líquido viscoso en su interior (liquido sinovial). Este tejido tiene una función fundamental que es permitir el desplazamiento del tendón respecto a los huesos, favoreciendo dicho movimiento y dando simultáneamente protección al tendón (especialmente de rozamiento=erosión).

Además, soportan una gran carga de trabajo siendo amortiguadores de impactos y de cualquier actividad física. Hoy hablaremos de las tendinopatías, de sus ejercicios y tratamientos.

Lesiones en los tendones

El tendón puede sufrir diversas lesiones, la más común y conocida por todos es la tendinitis, pero existen otras muchas patologías y muchas de ellos se confunden con la ya mencionada tendinitis. Estas otras lesiones son: tenosinovitis, rotura parcial o total del tendón, tendinosis. Para que no haya dudas vamos a definir estos conceptos:

  • Tendinitis: Es la inflamación del tendón.
  • Tenosinovitis: Es la inflamación de la vaina sinovial y no del tendón, aunque en algunos casos también puede verse afectado, pero no es lo habitual.
  • Tendinosis: Degeneración del tendón.

Etiología

Este tipo de lesiones pueden tener diferentes orígenes, el más habitual es por la realización de ejercicios. Aunque existen diferentes causas:

  • Ejercicios de repetición.
  • Ejercicios explosivos.
  • Enfermedades como diabetes o artritis.
  • La edad.
  • Traumatismos directos.
  • Mala técnica deportiva.

Por tanto, queda bastante claro que el ejercicio es un gran factor de riesgo sobre el que hay que prestar especial atención para realizarlo con una buena técnica y con moderación. Por lo que será necesario tener un entrenador que nos guíe e indique las pautas del mismo para evitar lesiones. Esta figura es muy importante especialmente al empezar cualquier deporte o cuando aumentamos la dificultad de los mismos. Todo ello con el propósito de que nos vigilen, enseñen y nos aseguren que somos aptos para realizar ese tipo de ejercicio o deporte para evitar y reducir todo lo posible el riesgo de lesión.

Las otras causas no son controlables por el sujeto, por lo que hay pocas medidas para contrarrestarlas, pero lo que no prohíben es hacer ejercicio. Es decir, no son una causa justificable para no realizar deporte, ya que en caso de artritis o diabetes la intensidad y dificultad de los ejercicios se le adaptan a dicho sujeto.

El deporte es salud

Por otro lado, es importante entender que realizar ejercicio o practicar algún deporte es sinónimo de buena salud. Ya que tomamos por definición del ejercicio como una actividad física que se realiza con el fin de mantener o mejorar la salud; además de para desarrollar, progresar y disfrutar de un deporte. Gracias a ello obtenemos tener vitalidad, salud física, social y mental, energía y previene enfermedades y lesiones (siempre que la técnica, las repeticiones, intensidad y el descanso sean los adecuados).

Sintomatología

  • Dolor y dificultad en la movilización de la articulación.
  • Inflamación periarticular que cursa con sensibilidad de la zona.
  • Enrojecimiento a lo largo del tendón, siempre que este sea visible como el tendón de Aquiles.
  • Aumento del dolor y sensibilidad en la movilización del tendón.
  • Mayor rigidez durante la noche o por la mañana tras levantarse.
  • Crujidos, chasquidos en zona del tendón.
  • Engrosamiento del tendón no es aplicable en todos los casos, los más característicos son el Aquiles y el tendón del epicóndilo.
  • El dolor aumenta al movimiento.

Diagnóstico

Para detectar y diagnosticar estas lesiones contamos con test de valoración según la región en la que nos encontremos, pero lo que de verdad esclarece y define la lesión son las pruebas diagnósticas. Generalmente se emplean ecografías o resonancias magnéticas. A través de ella, podremos aclarar qué tipo de lesión tiene el tendón, su localización exacta. Una vez detectado el tipo de lesión (rotura parcial o total, inflamación de la vaina o del tendón) sumado al periodo que nos indica el paciente desde que empezó el dolor (esclarecer si es tendinosis o tendinopatía) podremos plantearnos cual sería el mejor tratamiento para esta lesión.

Fases

Debemos saber que en estas lesiones hay unos tiempos de recuperación, una lesión tendinosa no se soluciona de un día para otro, suelen ser recuperaciones lentas. Lo primero que pasa siempre es una fase de inflamación que dura de 2 y 7 días. Al mismo tiempo que se produce esta inflamación alrededor del 3-4 días empieza ya la fase de proliferación, donde se empieza a reparar el tejido dañado. Cuanto mayor sea este, más tiempo se necesita para la recuperación. Esta fase suele durar entre mes y medio – dos meses.

Después está la fase de remodelación que es la reorganización de ese nuevo tejido y la adaptación que tendrá en la vuelta a la vida cotidiana y/o deportiva. Estos plazos pueden ser más cortos o largos dependiendo de la lesión y grado de afectación que tenga el sujeto sumado a la edad. Ya que, a mayor edad, más lenta la recuperación, cicatrización y remodelación de la estructura dañada.

Para que estas lesiones no sucedan es importante moverse, realizar ejercicio. Ya que su fin, es mantener una musculatura sana y fuerte. Por ello, recomendamos realizar ejercicio supervisado por un profesional, en el caso de un equipo por el entrenador y si es de manera particular o gimnasio supervisado al menos los primeros días por un entrenador personal para asegurarnos de que estamos realizando correctamente la técnica, peso (si lo hay) y el ejercicio en su conjunto.

Para conseguir un tendón sano, funcional y fuerte, debemos tener una musculatura sana y sin problemas musculares. Es decir, si el músculo está sano el tendón trabaja correctamente pero si el músculo está lesionado/cargado el tendón puede sufrir ya que el músculo al estar débil o acortado estamos traccionando del tendón, poniéndolo en mayor tensión de la habitual. Por lo que estamos provocando y aumentando el riesgo de lesión, por lo que es importante acudir al fisioterapeuta a soltar/relajar la musculatura y realizar estiramientos.

Por otro lado, debemos saber que si existe lesión debemos de hacer ejercicio, mucho más controlado y vigilado, ya que se controlan las cargas y serán ejercicios sencillos. Esto se hace para que se mantenga activo y en forma el tejido sano sin perjudicar la lesión ya existente al tiempo que supone una ayuda a la recuperación de la zona lesionada.

Como mencionamos, son ejercicios simples, sin dolor, supervisados y controlados para que tanto el tejido sano como el lesionado obtengan beneficios. Si hacemos un parón dejando la actividad física, ese tendón tendrá menor capacidad elástica y provocamos la aparición de atrofia muscular. Esto supone menor elasticidad del tendón, peor amortiguación y reparto de las cargas y un mayor esfuerzo de activación de este. Además, que el desuso/inactividad de un tendón puede favorecer una degeneración del mismo.

Por tanto, en la fase más aguda del proceso, orientada a las primeras 72 horas, aunque puede incluso durar 1 semanas, si se recomienda reposo relativo y crioterapia. Pero nunca reposo absoluto, la inmovilización es contraproducente en una lesión del tendón, independientemente del tipo de lesión y su grado de afectación. El tendón siempre debe trabajar de una manera ordenada y sin dolor para favorecer su recuperación. Los ejercicios habituales y que funcionan muy bien en este tipo de lesiones son los isométricos y excéntricos.

Tratamiento

Estas lesiones deben ser tratadas siempre, el “ya se curará solo”, no vale con estas lesiones. Es muy importante hacer un seguimiento de la evolución e ir metiendo de manera gradual ejercicios sin dolor. Para el tratamiento podemos emplear diferentes técnicas.

  • Tens, crioterapia, son antiinflamatorios y reducen el dolor sobre todo en fase aguda.
  • Microonda, laser, onda corta, también antiinflamatorio, mejora y actúa sobre el tejido afectado y se emplea en cualquier momento de la lesión.
  • Ondas de choque o EPI: son métodos mas invasivos, suelen emplearse en lesiones crónicas (tanto las de larga duración como en la repetitivas). Ambas se aplican una vez a la semana.

  • Diatermia, cada vez se emplea más en la recuperación tendinosa, actúa justo en el foco del problema, ayuda mucho en la regeneración del tejido, drenaje, mejora la capacidad elástica entre otras muchas cosas más que puede aportar. Es un complemento perfecto a la terapia manual y ejercicios.
  • Terapia manual, realizaremos masaje de la musculatura, movilizaciones del tendón. También podemos ayudarnos de punción seca.
  • Realizar estiramientos de toda la musculatura periarticular, incluida la musculatura afectada por la tendinopatía. Esto se realiza con el fin de relajar toda la musculatura para conseguir que el tendón reciba menor tensión, deje de tener tanta carga.
  • Ejercicio: haremos tanto isométrico como excéntrico siempre supervisado.

En cuanto al ejercicio siempre se comienza por los isométricos para fortalecer el tendón sin movimiento, pero con activación muscular. Con ello conseguimos un efecto analgésico al mismo tiempo que conseguimos una contracción efectiva y coordinada. Estos ejercicios se empiezan en la fase subaguda (4-5 días después de la lesión) siempre que se realicen sin dolor.

Los ejercicios excéntricos han demostrado ser los más eficaces en cuanto a la tendinopatía. Estos los empezamos a realizar después de la fase aguda, es decir en fase subaguda. Estos los comenzaremos después de que los isométricos sean sin dolor y podamos compaginarlos de igual manera. Por ello, empezaremos con baja carga e iremos aumentándola a medida que el paciente evolucione y sea capaz de soportar mayor carga. Este tipo de ejercicio consigue un estiramiento muscular y músculotendinoso al tiempo que se produce fuerza muscular y velocidad de movimiento. Todo ello con el fin de reorientar las fibras de colágeno e incluso estimula su producción. También consigue una mejor estabilidad y control de la estructura dañada y aumenta la elasticidad tanto muscular como la del tejido conectivo que rodea al tendón. Preparando así al tendón para soportar futuras cargas.

En cuanto al excéntrico sobre todo y cualquier otro ejercicio, ya hemos dicho que debemos regular la carga, pero también debemos prestar atención al dolor. No puede aparecer dolor al realizar los diferentes ejercicios sobre todo al comienzo del tratamiento, ya en una fase más avanzada se podría permitir un dolor valorado en una escala EVA del 1 al 10. En este caso, estaríamos hablando de un dolor de 4-5 sobre 10 respecto a esa escala.

Todos estos ejercicios son un complemento al trabajo y rehabilitación de fisioterapia, en la cual se dispone un gran abanico para abordar este tipo de lesiones. Desde nuestro punto de vista lo ideal sería trabajar con diatermia capacitivo 10 min la zona muscular, 15 min con el resistivo en zona tendinosa.

Tras ello realizar terapia manual y para finalizar realizar los ejercicios isométricos, pasados 4-5 días si se han hecho sin dolor y todo va correctamente, probar los excéntricos muy suaves. Este tipo de rehabilitación seria idealmente 3 sesiones a la semana, pero mínimo habría que hacer 2 sesiones durante al menos el 1 mes. Si tras ello no ha habido mejoría o esta ha sido mínima, habría que optar por las opciones mas invasivas, EPI u ondas de choque.

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Etiquetas: ejercicio excéntrico, estiramientos, isometrico, tendinopatia

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