EL CONOCIMIENTO DE LA DISTENSIÓN MUSCULAR
Qué supone esta lesión, cuál es su tratamiento y prevención
El músculo es una estructura contráctil, formado por fibras individuales agrupadas en haces con aproximadamente 10-20 fibras (fascículo). Cada una de ellas está cubierta por una capa de tejido fascial, que permite el movimiento del cuerpo. Por lo que cada contracción muscular provoca una movilización del sistema fascial (tejido conjuntivo). Siendo la fascia un tejido que aporta estructura al cuerpo actuando como una segunda piel, ésta facilita la estabilización muscular. También recubre y proteger los órganos, transmisión de fuerzas o recuperación de los tejidos afectados entre otras funciones. Esto hace que si existen restricciones a nivel del sistema fascial la función muscular se vea afectada.
Cuando la función muscular esta alterada y su causa se debe a una variación fisiológica del musculo, estamos ante una lesión muscular. Estas lesiones pueden ser intrínsecas (indirectas) o extrínsecas (directas). Las extrínsecas se deben a un traumatismo directo (contusión o laceración muscular). En cuanto a las intrínsecas son aquellas que se producen por mecanismos internos. Generalmente a movimientos bruscos de las estructuras anatómicas, este tipo de lesión suelen ser edemas, distensiones o roturas musculares.
En este artículo nos vamos a centrar en la distensión muscular (desgarro muscular grado I, afectación menor al 5% de espesor), que se define como una lesión muscular intrínseca donde se produce un desgarro parcial de las fibras musculares en el que existe continuidad de las miofibrillas, por lo que no llega a producirse una rotura de fibras. Este desgarro debe ser leve ya que si afecta a gran parte del tejido pasaríamos al grado II (desgarro parcial, afectación de más del 5% espesor). Y si es total estamos ante el grado III. La distensión suele originar dolor intenso e instantáneo en el momento de producirse la lesión. En casos muy leves este no aparece después de realizar la actividad física. También puede generar hematoma y dificultades para mover el segmento anatómico afectado.
¿Cuáles son sus causas?
Este tipo de lesión viene originada por un gesto violento, repentino generando un estiramiento exagerado, generalmente cuando se produce una contracción y estiramiento de forma simultánea es cuando se produce ducha lesión. Entre sus causas más frecuentes destacar: actividad física excesiva, fatiga, cambios de ritmo bruscos, poca flexibilidad, realizar un mal calentamiento o el uso inadecuado de la musculatura. También influyen otros factores como la temperatura (debe ser estable), cambios de superficies, el estado emocional, alimentación y el peso.
Tratamiento de la distensión muscular
En cuanto al tratamiento las primeras 72 horas, fase aguda, se aplica el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación).
La segunda fase observamos que podemos realizar entrenamiento en piscina (reduce el peso corporal y facilita el movimiento), estiramientos sin dolor (ir dándole elasticidad poco a poco al tejido), ejercicios isométricos sin dolor (analgésicos y ganar fuerza muscular con apenas riesgo), potenciación isotónica (acciones de concéntricas a excéntricas), ejercicios funcionales a baja intensidad.
En la 3ª fase realizar ejercicios pliométricos (fomenta la potenciación muscular, equilibrio y coordinación siendo así ejercicios explosivos y dinámicos) y aumentar la intensidad de forma progresiva de los ejercicios. Además de continuar con los estiramientos y ejercicios isotónicos. También incluir ejercicios de propiocepción para reestablecer buenos patrones de movimiento y coordinación, mejorando también la sensibilidad y equilibrio.
En casos de dolor se puede aplicar la electroterapia como el Tens o el empleo de láser para facilitar la regeneración del tejido. Además la masoterapia aparecerá en las fases 2 y 3. Especialmente en la segunda donde nos aporta una mejora de la circulación, relajación de los tejidos, acelera la recuperación y libera endorfinas para combatir el dolor. Es importante resaltar que no solo con un “masaje” se soluciona la lesión. Es una ayuda al tratamiento pero no es el tratamiento en sí.
En cuanto a la prevención de dicha lesión destacar:
- Realizar un calentamiento apropiado antes de hacer ejercicio y practicar deportes.
- Mantener los músculos fuertes y flexibles.
- No forzar la musculatura.
- Buena alimentación e hidratación.
- Estirar después del ejercicio, preferiblemente realizarlo a los 15-20 min de la finalización de la actividad.