Hoy vamos a hablar sobre una de las infecciones por hongos más frecuentes en el pie, el pie de atleta.
El pie de atleta o tinea pedis es una micosis de la piel, una infección que se produce por un hongo, generalmente del tipo dermatofito. Recibe este nombre porque su aparición es más frecuente y probable en la población deportista.
¿Cómo se manifiesta el pie de atleta?
Esta afección se puede presentar de diversas formas, pero la más común es la que aparece en la zona interdigital, en los espacios entre los dedos. En esa zona podemos encontrar:
- Eritema (enrojecimiento).
- Descamación.
- Picor.
- Grietas.
- Ampollas.
- Dolor.
- Mal olor.
- Maceración de la piel.
No tienen por qué aparecer todos estos signos a la vez, igual que presentar alguno de ellos no quiere decir que tengamos esta infección.
¿Cómo se contrae?
Existen una serie de factores que predisponen a sufrir el pie de atleta, algunos son endógenos, es decir, son propios de nuestro estado físico, como puede ser la diabetes, enfermedades inmunológicas como el VIH, o problemas vasculares periféricos. Aunque esta base hace a la persona más susceptible de contraer la micosis, alguien totalmente sano también puede sufrirla, ya que hay otros factores muy importantes en el desarrollo de la infección.
Las principales condiciones para contraer una micosis del tipo pie de atleta son las siguientes:
- Calor.
- Exceso de sudoración (hiperhidrosis) y acumulación de humedad.
- Frecuentar lugares públicos como piscinas, vestuarios, gimnasios…
- Calzado y calcetín inadecuado, que impidan una buena transpiración.
- Uso del mismo calzado durante muchas horas.
Este tipo de hongos tienen predilección por los lugares húmedos y cálidos, por eso todo lo que cumpla estas características va a predisponernos a contraer el pie de atleta.
Prevención y tratamiento del pie de atleta
Aquí mostraremos una serie de medidas preventivas que debemos aplicar para evitar contraer una micosis de la piel. Es muy importante sobre todo para los pacientes de riesgo (diabéticos, inmunodeprimidos…)
- Realizar una correcta higiene del pie, y secar muy bien la zona interdigital.
- Control de la sudoración (hiperhidrosis) con antitranspirantes (spray, crema, polvos…).
- Utilizar tejidos naturales en calcetines, y realizar cambios periódicos si vamos a pasar muchas horas calzados.
- Uso de calzado adecuado, que transpire correctamente, e irlo renovando cada cierto tiempo.
- Especial cuidado en lugares de riesgo como vestuarios, utilizando siempre calzado (chanclas).
- Evitar compartir calcetines, calzado o toallas con otras personas.
Con estas medidas preventivas conseguiremos apartar a un lado el pie de atleta, pero si ya lo tenemos o lo contraemos, existen una serie de tratamientos encaminados a eliminarlos.
La base para el tratamiento de este tipo de micosis es el uso de antifúngicos, como la terbinafina o el clotrimazol. En primer lugar, empezaremos por un tratamiento tópico (crema o spray), que podremos combinar con el uso de polvos para tener un control completo de la humedad.
Si el tratamiento tópico no fuera suficiente habría que pasar a un tratamiento oral.
Es muy importante antes de empezar cualquier tratamiento visitar a un profesional que nos dé un diagnóstico de nuestro problema.