La hernia de disco, son la mayor causa de incapacidad en personas menores de 45 años. Alrededor del 1% de la población posee discapacidad crónica por este motivo.
Entre cada vértebra existe una estructura, el disco intervertebral, que tiene una función de amortiguación. El disco está formado por el núcleo pulposo y el anillo fibroso. El núcleo pulposo ocupa la parte central y tiene un alto contenido en agua, que va disminuyendo con la edad, lo que hace que con los años pierda elasticidad y capacidad para soportar tensiones. El anillo fibroso recubre el núcleo pulposo y está formado por láminas que facilitan la transmisión de presiones. La pérdida de resistencia de este disco produce el desplazamiento posterior del núcleo (protusión discal) e incluso puede llegar a romperse el anillo, provocando que el núcleo se desplace más (hernia de disco).
SÍNTOMAS de la hernia de disco:
Lumbalgia es el mayor motivo de consulta. Se produce cuando se distienden los músculos lumbares produciendo un dolor que impide el libre movimiento de esa zona.
Ciática: dolor que baja hacia el glúteo y miembro inferior, generalmente más allá de la rodilla. El dolor suele mejorar estando tumbado con las piernas flexionadas y suele empeorar con la flexión anterior de la columna y con la sedestación prolongada.
Parestesias: sensación de hormigueo
Pérdida de fuerza: producido por la irritación de las raíces nerviosas o por compresión de las mismas que producen un déficit neurológico.
Ante datos que nos hagan sospechar una hernia de disco se pueden solicitar pruebas complementarias: TAC, RMN, electromiograma.

TRATAMIENTO de la hernia de disco:
Tratamiento conservador (fisioterapia): En la fase aguda lo fundamental es el tratamiento sintomático del dolor mediante masaje, termoterapia y electroterapia, combinado con analgésicos y AINES. En esa fase se debe limitar el levantamiento de pesos, la sedestación prolongada, conducir distancias largas y mantener posturas con el tronco inclinado hacia delante.
Tratamiento quirúrgico: Considerar este tipo de tratamiento en caso de dolor intratable, pérdida de fuerza progresiva y/o afectación de esfínteres (esto último obliga a estudios urgentes y derivación quirúrgica).
Tratamiento preventivo: La mejor prevención es mantener una buena condición física mediante el ejercicio y unas buenas normas de higiene postural.