La artrosis de tobillo es una enfermedad degenerativa de la articulación del pie.
Normalmente es consecuencia de lesiones previas, como fracturas, que producen el desgaste y la perdida del cartílago articular, se forman osteofitos en los extremos óseos (deformaciones del hueso) y la artrosis progresa. También, aunque muy poco frecuente existe la aparición de la artrosis sin casusa aparente o idiopática.
El cartílago hialino es una capa de unos milímetros que cubre las articulaciones, su función es la de absorber la carga mecánica que soporta el tobillo y ayuda al deslizamiento entre huesos de la articulación. La articulación esta rodeada de una membrana muy fina que contiene liquido. Este líquido llamado sinovial mantiene la salud del cartílago y lubrica la articulación. En esta patología la presencia de este líquido puede verse alterada. De esta manera los tejidos adyacentes se ven estresados.
Si estos tejidos desaparecen los huesos de la articulación no pueden amortiguar la carga que soporta el tobillo, como consecuencia la capacidad de movimiento del tobillo se verá limitada.
Debido a la composición del cartílago articular la progresión del desgaste tras una fractura es difícil de frenar, de esta manera aumenta el envejecimiento de la articulación.
Más sobre la artrosis
Es una patología que ocurre en la articulación tibioperoneoastragalina es poco frecuente, no ocurre tan a menudo como la de rodilla o cadera que son más habituales y pueden tener un componente genético. Los pacientes presentan dolor al caminar, inestabilidad y también una limitación del movimiento del pie. En la mayoría de casos aparecen durante la anamnesis patologías previas de origen traumático como esguinces recurrentes y fracturas, lesiones que han ido dañando el cartílago en los años previos.
Debido a la complejidad de la cúpula del astrágalo que soporta varias veces el peso del cuerpo tiende a desarrollar artrosis más rápidamente si lo comparamos con otras articulaciones del cuerpo.
Los principales síntomas que produce esta patología son dolor, rigidez e hinchazón, que aumentan especialmente después de la actividad física. Debido a estos síntomas se pueden confundir con artritis y parecen una lesión previa mal recuperada.
Síntomas
Los principales síntomas en la artrosis de tobillo son:
- Dolor articular.
- Sensación de presión.
- Inflamación de la articulación.
- Caminar con dificultad y cansancio.
- Perdida de fuerza.
- Incapacidad funcional.
- Rigidez articular.
El paciente nota el dolor en la articulación, el dolor puede ser continuo y moderado o agudo e intenso. Puede aparecer o no dependiendo de la actividad. En los inicios de la lesión los pacientes refieren dolor solo después de la actividad y suele aliviarse con reposo, elevación del pie o aplicación de hielo.
Debido a la sensación de presión que hace que se canse más rápidamente de lo normal y camine con dificultad. Haciendo que el tiempo de marcha disminuya y la persona se vea incapacitada para caminar distancias largas. En los casos más graves, al ser una patología degenerativa este proceso va progresando y como consecuencia el paciente se ve incapacitado para caminar dependiendo siempre de medios de transporte.
Al principio es fácil confundirla con un dolor residual de una lesión anterior mal recuperada. Como si los síntomas de esa lesión previa empezaran a florecer de nuevo y empezase a empeorar, apareciendo dolor en la parte anterior del pie.
Con el paso de los años el pie ira deformándose hacia una posición de varo que hará progresar más rápido la aparición de la artrosis.
La rigidez e inflamación se produce por una fricción ósea haciendo el tobillo más rígido y menos flexible. Disminuyendo el rango articular limitando su función. En este proceso el tobillo puede producir un exceso de liquido sinovial para ayudar a disminuir la fricción, produciendo la inflamación.
Causas
Las causas que producen el desgaste y la aparición de la artrosis de tobillo son principalmente secuelas de traumatismos previos como esguinces recurrentes y fracturas, aunque también puede deberse a secuelas de una osteocondritis de tobillo.
Las principales causas son:
- Artrosis postraumática: tras una fractura o traumatismo en el tobillo, es la principal causa de artrosis. Por esta afectación de produce cerca del 90% de la artrosis de tobillo.
- Metabólicas: pacientes con hiperuricemia o gota pueden desarrollar artrosis debido a la formación de cristales en la articulación.
- Reumáticas: en casos de artritis reumática puede alterarse la articulación hasta el punto de llegar a producir artrosis.
- Del pie: pacientes con un grado severo de pie plano o cavo pueden sufrir artrosis de tobillo debido a la alteración de la morfología y del movimiento del pie.
- Genéticas: muy poco frecuentes en esta patología.
Es importante decir que no todas las personas que hayan sufrido patologías previas en el pie vayan a desarrollar artrosis de tobillo. Simplemente aumentan las posibilidades de padecerla.
Diagnóstico
Para poder conseguir un buen diagnóstico es muy importante hacer una buena anamnesis, especialmente en este caso que es tan importante tener en cuenta antecedentes traumáticos del pie a la hora de realizar la historia clínica.
A continuación, pasaremos a realizar la exploración de:
- Movilidad articular.
- Patrón de la marcha.
- Puntos de dolor.
- Aspecto visual de la articulación, para ver posibles deformidades.
Es de gran ayudar complementar el diagnostico con pruebas por imagen, ya sean radiografías que nos permiten ver la evolución de la patología, valorando las lesiones osteocondrales y ver los osteofitos.
En los casos más avanzados de artrosis será suficiente con una radiografía simple de tobillo, ya que será fácil observar el eje del pie y comprobar si hay una deformidad.
En la mayoría de casos no es necesario realizar más pruebas de imagen, pero también es útil el uso de resonancia magnética en los casos más leves para comprobar el estado del cartílago o TAC para ver con mayor claridad si están afectadas otras articulaciones adyacentes.
También es interesante realizar una ecografía para evaluar el estado de los tendones y ligamentos del tobillo, así como el liquido articular o edema óseo.
Es importante un diagnóstico precoz para frenar y/o evitar los síntomas producidos por la artrosis de tobillo, ya que pueden empeorar gradualmente y comenzar a afectarnos en nuestra rutina diaria.
Tratamiento fisioterapia y consejos preventivos
El principal objetivo de la fisioterapia en este caso es mejorar los síntomas que produce la artrosis de tobillo como son el dolor y la preservación del movimiento y retrasar la cirugía lo máximo posible. Para ello es importante un enfoque multidisciplinar, tanto de fisioterapia, podología, medico e incluso dietista ya que paciente con IMC>25 tienen un riesgo 1,5 veces mayor para el desarrollo de artrosis de pie y tobillo.
Se ha probado claramente en la literatura que la integración de programas de ejercicio con fortalecimiento, estiramiento y actividades aeróbicas disminuye el dolor e incrementa la función muscular
Durante las primeras fases de la artrosis de tobillo es posible que no se le preste la atención suficiente ya que lo síntomas son muy leves. Pero es en esta fase en la cual se pueden ralentizar con más éxito los efectos de esta patología con medidas conservadoras.
La realización de ejercicios terapéuticos para conseguir ganar fuerza y movilidad evitando golpes y ejercicios de percusión. Como por ejemplo bicicleta o elíptica
Las férulas u ortesis no parece que eviten el desarrollo de la artrosis en estos casos.
En algunos casos se recomiendan suplementos nutricionales para el cartílago, aunque la efectividad de estos es cuestionable.
El tratamiento en fisioterapia
El tratamiento de fisioterapia consistirá en:
- Técnicas manuales de movilización, tanto pasivas como activo-resistidas
- Técnicas de propiocepción, para mejorar la estabilidad del tobillo.
- Masoterapia en la musculatura que lo necesite como por ejemplo gemelos soleo, tibial anterior etc.
- Realización de ejercicios isométricos de todo miembro inferior.
- Electroterapia como microonda, TENS, ultrasonidos y diatermia para eliminar dolor e inflamación.
Vamos a describir algunas medidas que podemos realizar con facilidad en nuestro día a día y que pueden disminuir o ralentizar la progresión de la artrosis. A continuación, algunos consejos para la prevención de esta patología son:
- Modificar la actividad que realizamos si son ejercicios que agraven la situación, como por ejemplo carrera o deportes de contacto y raqueta. Es aconsejable cambiarlos por ejercicios de piscina, bicicleta en los que no hay impacto y son muy recomendables para mantener la movilidad y la fuerza de la articulación.
- Evitar el sobrepeso, llevar una dieta equilibrada nos ayudara a bajar de peso y disminuir la carga que sufren nuestros tobillos. Realizar ejercicios como los anteriormente descritos ayudaran con este objetivo.
- La utilización de un buen calzado que mejore la ergonomía de nuestro pie. Como por ejemplo los zapatos con suela de balancín. Es aconsejable acudir al podólogo y realizar un estudio de la pisada por si estos problemas pueden verse solventados con el uso de plantillas reduciendo de esta manera la carga y la fuerza de impacto que sufre nuestro pie.
- Ejercicio terapéutico, como los descritos en estos videos de nuestro compañero.
Tratamiento médico
En algunos caos es recomendable realizar infiltraciones de ácido hialurónico intra-articular que nos ayudara a conseguir una mejor lubricación de la articulación, en este caso pude notarse la disminución de dolor durante 6-8 meses.
Existe una terapia con infiltración con factores de crecimiento derivados de plaquetas que puede ofrecer una mejora parcial y temporal de los síntomas, pueden regenerar el cartílago y frenar el desgaste articular, aunque al igual que la infiltración con acido hialurónico no esta demostrado que se pueda revertir la artrosis, pero si enlentecer la progresión de la patología.
Cuando todo lo descrito anteriormente no es suficiente es cuando seria conveniente evaluar si es necesario una cirugía.
Se recomienda realizar cirugías con una mínima incisión en el pie como la artroscopia de tobillo que permite realizar una limpieza de la articulación y tiene una rápida recuperación
También la cirugía llamada artrodesis de tobillo que consiste en una fijación de la articulación. Esta se realiza en casos más severos cuando la destrucción de la articulación es muy evidente. Al fijar la articulación, las articulaciones adyacentes suplen el movimiento.
En los casos de más gravedad, aunque con menos frecuencia, puede realizarse una implantación de prótesis de tobillo llamada artroplastia total de tobillo. Con esta prótesis conseguiremos una mejor movilidad, pero el riesgo de desgastarla con ejercicios que requieran actividad física es importante.
En los casos de más gravedad es aconsejable la artrodesis de tobillo ya que aunque se pierda parte de la movilidad es la que mejores resultados tiene en el día a día.
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