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Febilitis: todo lo que necesitas saber

¿Qué es la flebitis?

Antes de hablar de flebitis vamos a explicar brevemente que es sistema circulatorio venoso, dicho sistema es el encargado de que la sangre regrese de nuevo al corazón, para poder limpiarla de sustancias tóxicas y poder mandarla de nuevo al resto del cuerpo.

Aunque la función anterior podemos considerarla la principal y más importante, el sistema venoso también actúa como reservorio del volumen sanguíneo, funciona como termorregulador de nuestra piel, es decir, regula nuestra temperatura, y es el encargado del control de líquidos extravasculares.

La flebitis es una inflamación que se produce en las paredes de los vasos sanguíneos, además de existir inflamación pueden producirse coágulos sanguíneos en dichos vasos, lo que hablaríamos de tromboflebitis.

Por ello la flebitis es considerada una enfermedad ya que puede desarrollar complicaciones importantes como síndrome postrombótico o coágulos de sangre como hemos mencionado anteriormente.

Tenemos que darle importancia a esta patología ya que es la tercera causa de muerte intrahospitalarias, junto con el infarto agudo de miocardio y la enfermedad cerebrovascular.

Tipos de flebitis

Se pueden diferenciar dos tipos:

  • Flebitis superficial: Sería cuando se produce en una vena de la piel, siendo más frecuente en personas que sufren problemas de varices. Este tipo de flebitis suelen tener un buen pronóstico y se considera una enfermedad benigna.
  • Flebitis profunda o también llamada trombosis venosa profunda (TVP): Sería cuando se produce en los tejidos más profundos que se encuentran debajo de la piel, en casos mas graves si se produce un coágulo de sangre, y este llega hacia los pulmones puede provocar una embolia pulmonar, por lo que este tipo de flebitis es más serio que la anterior.


Factores de riesgo y prevalencia de la flebitis

Esta patología es frecuente y puede aparecer en cualquier persona, pero las personas mayores tienen mas probabilidad de sufrirla. Como en todas las patologías hay varias causas que pueden producir dicha patología:

  • Enfermedad infecciosa: Siendo la causa más frecuente.
  • Traumatismo o golpes.
  • Desencadenantes tóxicos.
  • Estar mucho tiempo encamado: esto empeora la circulación, pudiendo llegar a causar coágulos sanguíneos.
  • Trastornos sanguíneos: en este factor de riesgo influyen muchos más factores, como pueden ser enfermedades como el cáncer, lupus eritematoso sistémico, tabaquismo, tener algún antecedente de problemas de coagulación, o tomar estrógenos o píldoras anticonceptivas.

Causas de la flebitis

Además de los factores de riesgo podemos dividirla en tres grupos:

La flebitis mecánica: suele ser la más común, suele producirse por una inadecuada fijación del catéter, una infusión lenta, utilización de un catéter muy grande para el tamaño de la vena, lesión al pinchar la vena o un movimiento del catéter dentro de la vena.

Por su parte, la flebitis química se produce por la introducción de fármacos o líquidos que son irritantes para la vena, es una respuesta inflamatoria ante una sustancia extraña.

En último término, la flebitis bacteriana es la menos frecuente de las tres, pero puede ser muy grave, suele producirse por la contaminación del sistema intravenoso en la introducción del catéter, esto puede ser provocado por mala higiene en las manos, una técnica aséptica mal realizada o poca revisión del sitio de inserción entre otras causas.

Síntomas de la flebitis

Dependiendo del tipo de flebitis que suframos podemos tener unos síntomas u otros:

  • Síntomas de la flebitis superficial: tenemos que tener en cuenta que este tipo de flebitis puede que pase desapercibida si no presenta algunos de los siguientes síntomas:
    • Eritema: también conocido como enrojecimiento de la piel.
    • Tumefacción en la vena: en este caso sentiríamos un aumento del volumen de la vena afectada, podríamos identificarlo mediante la palpación.
    • Aumento de la sensibilidad y del dolor en la zona afectada, ya que al ejercerse presión sobre la vena afectada puede provocar dolor.
    • Calor en la zona de la vena.
  • Síntomas de la flebitis profunda: aquí los síntomas van a ser mas graves y es importante diagnosticarlo a tiempo ya que si se diagnostica tarde podemos sufrir problemas más graves.
    • Edemas en las piernas: es decir, tener las piernas hinchadas.
    • Gangrena venosa.
    • Piel pálida o cianótica.
    • Disminución del pulso arterial en la zona afectada.
    • Dolor sordo en la extremidades inferiores.

Diagnóstico de flebitis

Lo primero de todo será una buena anamnesis para intentar descartar patologías e ir acercándonos a la patología que sufrimos, en caso de sospechar de flebitis, el médico puede mandarnos una ecografía y un análisis de sangre.

  • Ecografía: sobre todo en esta prueba vamos a diferenciar entre la trombosis venosa profunda y la superficial, además de ver si existe un engrosamiento de la vena.
  • Análisis de sangre: casi todas las personas que sufren un coágulo de sangre tienen elevado en sangre una sustancia que disuelve los coágulos llamada dímero D, aunque tenemos que tener en cuenta que esta sustancia también puede estar elevada por otras afectaciones.

Factores de riesgo de flebitis profunda o trombosis venosa profunda

Esto no quiere decir que, si tienes algunos de las siguientes características vayas a tener o tengas una trombosis venosa profunda, sino que cuantos mas factores de riesgo mayor probabilidad tienes de padecerla.

  • Edad: personas mayores de 60 años tienen más riesgo, aunque tenemos que tener en cuenta que se puede sufrir a cualquier edad.
  • Falta de movimiento: ya sabemos que el sedentarismo es un factor de riesgo no solo en esta patología sino en muchas patologías, por eso siempre os recomendamos que intentéis no pasar demasiado tiempo sentado y que hagáis algo de actividad física en vuestro tiempo libre.
  • Lesiones o cirugías.
  • Embarazo: con el embarazo aumenta la presión en las venas de la zona pélvica y de las piernas, y el riesgo de desarrollar coágulos como consecuencia del embarazo se puede sufrir hasta 6 semanas después de dar a luz. Si estamos embarazadas y además tenemos algún problema hereditario de coagulación, deberíamos de controlar la circulación sanguínea.
  • Anticonceptivos orales o terapias de remplazo hormonal: ambos tratamientos tienen como efecto secundario aumentar la coagulación sanguínea.
  • Fumar: esto afecta al flujo y coagulación de la sangre.
  • Cáncer: algunos tipos de cánceres aumentan las sustancias en sangre produciendo que coagule, y además algunos tratamientos también pueden provocar coágulos sanguíneos.
  • Insuficiencia cardiaca: esta patología aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda y embolia pulmonar, dado que este tipo de pacientes tienen un mal funcionamiento del corazón y los pulmones, y por ello tienen más probabilidad de sufrir una embolia pulmonar.
  • Antecedentes familiares: si tus antepasados han sufrido esta patología, puede que también la padezcas.
  • Genética: algunos paciente tiene algún tipo de alteración en el ADN que les provoca que la sangre coagule con mayor facilidad.

Tratamientos para la flebitis

Lo ideal seria evitar los problemas vasculares cuidando nuestra circulación sanguínea.

Cuando encontramos varices en nuestro cuerpo, lo primero que deberíamos de hacer seria acudir al médico vascular para que nos puedan valorar que tipo de patología estamos sufriendo y cuál sería el mejor tratamiento posible. El tratamiento también va a depender si se trata de una flebitis superficial o profunda.

Tratamiento de una flebitis superficial: este tipo de tratamiento va a combinar los fármacos con tratamiento de fisioterapia.

  • Medicación antiinflamatoria (pautada por supuesto por nuestro médico)
  • Aplicación de calor sobre la zona afectada.
  • Elevación del miembro afectado y así favorecemos el retorno venoso.
  • Compresas frías para bajar la temperatura.
  • También podemos utilizar cremas antisépticas.
  • Compresión de la zona para favorecer esa circulación y evitar más edema.

Tratamiento de una flebitis profunda: igualmente en este tratamiento también vamos a combinar la farmacología y la fisioterapia.

  • Medicación: aquí pueden introducirse analgésicos, antiinflamatorios, antibióticos, anticoagulantes, etc.
  • Filtro de la vena cava: cuando la medicación no ha funcionado, no suele ser frecuente.
  • Extirpación mediante la cirugía, aunque suele ser poco frecuente.
  • Elevación de la zona afectada.
  • Medias elásticas de compresión.

Tratamiento fisioterapéutico

Aquí van a entrar en juego áreas de la fisioterapia menos convencional, ya que vamos a hablar de la rehabilitación respiratoria y la rehabilitación cardiaca.

La rehabilitación respiratoria va a consistir en el conjunto de técnicas que van a mejorar la dinámica respiratoria del paciente, ya sea relajando la musculatura hipertónica, inhibiendo las formas ineficaces de actividad muscular respiratoria, disminuyendo frecuencia y trabajos respiratorios acorde a las necesidades de oxígeno. Algunas de las técnicas que realizaremos serán nebulizaciones, aprendizaje de tos asistida, orientación postural al drenaje pasivo de secreciones.

Las rehabilitación cardiaca la definiremos como el conjunto de actuaciones necesarias para asegurar al paciente su integración física, social y mental óptimas.

También, si no hay ninguna contraindicación, una sesión de masaje en las piernas puede ayudarnos a bajar esa inflamación y ese edema en las piernas, tenemos que tener mucho cuidado porque con un trombo estaría contraindicado, ya que al favorecer la circulación podemos hacer que ese trombo sanguíneo se desplace a algún órgano que no nos interesa.

Os dejamos un video donde explica cómo mejorar la circulación, mediante un automasaje, posturas para mejorar la circulación, ejercicios muy sencillos que podemos hacer en casa, y nos explica también como podemos mejorar la circulación con baños de contraste.

Medidas de prevención frente a la flebitis

Como hemos mencionado anteriormente lo ideal es cuidar sistema circulatorio, para ellos os dejamos aquí algunos consejos.

  • Si vamos a realizar algún viaje largo en coche o avión, es aconsejable intentar parar y mover un poco las piernas e incluso estirar.
  • También podemos aplicar el mismo método en trabajos donde sean sedentarios y tenga que estar 8 horas delante de un ordenador. Intentar cada hora y media o dos horas levantarnos de la silla y caminar un poco.
  • Una buena hidratación y una buena alimentación también van a jugar un papel fundamental en la prevención.
  • La práctica de actividad física, ya sea salir a caminar o entrenamiento de fuerza.
  • Controlar el peso: se conoce que la obesidad es un factor de riesgo para la flebitis, ya no solo se debería de realizar actividad física para prevenir muchas otras patologías, sino que controlar también el peso en personas que sufran sobrepeso va a ser fundamental.

Automasaje para mejorar la circulación:

Como hemos dicho anteriormente, no podemos tener un trombo sanguíneo si vamos a realizar este tipo de ejercicios, sería más recomendable hacerlo si tenemos flebitis superficial, en caso de tener flebitis profunda deberíamos de acudir al médico y preguntarle si nos recomienda este tipo de terapias.

Tenemos que tener en cuenta que no debemos de tener dolor mientras realizamos los ejercicios y el masaje.

Es importante empezar siempre desde el punto mas distal (en caso de las piernas, por los pies) e ir subiendo poco a poco, ya que así vamos a ir favoreciendo la circulación.

Dicho esto, lo primero que vamos a hacer es mover con una mano los dedos de nuestro pie, después les daremos vueltas a nuestros tobillos en ambas direcciones, después realizaremos unas técnicas de compresión desde los dedos al talón, realizaremos unas 10 repeticiones, realizaremos un masaje en la planta del pie con ambos pulgares durante un minuto más o menos.

Pasaremos a la zona del tobillo y realizamos un pequeño masaje en esa zona, seguimos subiendo hasta la rodilla, teniendo en cuenta que ahora al hacer el movimiento ascendente lo realizaremos con una pequeña presión mientras que la parte descendente será sin presión, después lo haremos con un poquito más de presión ascendente y dejando la bajada sin presión.

Ahora pasamos a la zona posterior de la rodilla, tenemos que tener en cuenta que es una zona más sensible, y tenemos que tener cuidado al realizarla en esta zona, igual que antes primero lo haremos con un poco de presión y después lo realizaremos con mayor presión, pero siempre sin dolor.

Ahora toca masajear toda la zona del cuádriceps y después la parte posterior de la pierna tal y como hemos hecho antes primero más superficial y después más profundo.

También os dejamos aquí una rutina que podemos hacer para mejorar nuestra circulación:

Bibliografía

Arregoitia, A.(2012). Caracterización de pacientes fallecidos por TEP en unidades de atención al Grave. La Habana: Facultad de Ciencias Médicas ―General Calixto García‖

Botella, F.G.(2003). Reflexiones sobre la enfermedad tromboembólica venosa. An Med Interna, 47-50

Arias-Fernández, L., Suérez.Mier, B., Martinez.Ortega, M. del C., & Lana, A. (2017). Incidencia y factores de riesgo de flebitis asociados a catéteres venosos periféricos. Enfermería clínica

Etiquetas: flebitis, inflamación de piernas, tromboflebitis, trombosis venosa profunda

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