Esta pregunta nos la hacen la mayoría de los pacientes que llegan a nuestras manos, por eso, hemos decidido hacer esta noticia para eliminar todas las dudas que tengamos.
¿Cuándo y cómo aplicamos el calor?
El calor tiene un efecto analgésico, relajante, vasodilatador (aumenta la circulación sanguínea) y aumenta la flexibilidad muscular por eso lo aplicamos en caso de contracturas musculares, problemas articulares, rigidez…
La manera en que recomendamos su aplicación es 3 veces al día 15 minutos como máximo cada vez, ya que sino el efecto que vamos a provocar va a ser contrario al que queremos conseguir.
¿Y el frío?
El frío tiene un efecto analgésico, antiinflamatorio, vasoconstrictor (reduce el flujo sanguíneo en la zona) y reduce el espasmo muscular en su momento más agudo, por eso, en cualquier lesión en el momento en que se produce colocaremos hielo, para conseguir que llegue menos riego sanguíneo a la zona y poder parar la inflamación y el edema.
Lo aplicamos por tanto en las primeras 48-72 horas de cualquier lesión y en casos de traumatismos, esguinces, roturas musculares, tendinitis, capsulitis, calambres, después de un gran esfuerzo físico… Ojo el frio generara una rigidez momentánea elige bien donde vas hacer la aplicación.
Calor y frio:
Otra manera muy buena de bajar la inflamación y reducir el dolor en algunas lesiones y en estadios más avanzados son los baños de contraste de frío y calor, ya que así jugamos con la vasodilatación y la vasoconstricción en la zona. Lo realizamos de la siguiente manera: 3 minutos de calor-1 minuto de frio durante 15 minutos empezando y acabando por calor. Lo aplicaremos igualmente 3 veces al día.
Espero que os haya servido de ayuda para aclarar cuando hay que utilizar una cosa o la otra, y recordar también aplicar ambas cosas con protección para no provocaros quemaduras.