¿Qué es?
La fractura de Jones es una fractura en la parte exterior del pie, en el quinto hueso metatarsiano que conecta con el dedo pequeño del pie. Se encuentra en la porción media del mismo. Esta fractura es complicada ya que se produce en una zona que recibe menos sangre, lo que lo hace más propensa a problemas en la cicatrización. Pueden convertirse en condiciones crónicas si las fracturas no se pueden unir ni curar de forma correcta.
¿Cómo saber que tengo una fractura?
Algunas veces podemos identificarlas claramente, ya que son fracturas abiertas y por lo tanto visibles.
Otras, sin embargo, pueden ser un poco más complicado identificarlas, pues varían los signos y síntomas dependiendo del hueso afectado. Las fracturas por estrés en los metatarsianos se notan gradualmente mientras que las fracturas en otras estructuras del pie provocando dolor agudo notorio con pérdida de la función. Así, tenemos unos síntomas que podrían ayudarnos a indicar una fractura:
- Dolor, especialmente a la palpación y al movimiento.
- Hinchazón y edema.
- Falta de movilidad, movilidad excesiva del sitio de la fractura.
- Deformación o desalineación de la articulación, arco del pie o dedo del pie deformado.
Desde Fisiolution podemos ofrecerte un programa de rehabilitación traumatológica individualizada para ti, si quieres leer más sobre la Fisioterapia traumatológica sigue leyendo.
¿Cómo se produce Fractura de Jones?
Muchas veces se consideran las fracturas del 5º metatarsiano como fractura de Jones aunque no siempre es así, no la podemos considerar como una sola entidad sino que en realidad son diferentes fracturas dependiendo del área afectada. Las fracturas proximales, no están incluidas dentro de la categoría de fractura de Jones, por ser proximal (tuberosidad quinto metatarsiano). Podemos encontrar dificultad a hora de explicar el mecanismo por el cual se produce la fractura de Jones. La mayoría de veces la lesión está causada por una inversión súbita del pie. El músculo peroneo corto, que se inserta en la base del quinto metatarsiano, impide la inversión extrema y puede generar estrés en el hueso, lo suficiente para dar lugar a este tipo de fractura.
Cabe destacar que un factor de riesgo considerable es poseer un retropié varo, (o lo que es lo mismo caminar con el borde externo del pie) esto aumenta el estrés al que está sometido el hueso y a la limitación del movimiento de eversión que presentan los retropié. Estas fracturas suelen ocurrir con mucha frecuencia en militares, runners, saltadores… atletas en general. Normalmente siempre tiene cambios radiológicos previos de estrés repetitivo, no ocurren de una manera espontánea. Son debidas a microtraumatismos que aisladas no alcanzan a producir daño alguno. Las operaciones quirúrgicas, mejoran considerablemente la velocidad de la soldadura, así como el tiempo en el que se recupera el paciente. Esta intervención está especialmente indicada en personas deportistas, con un alto nivel de forma física, y personas, que en general, tengan una situación física competitiva.
¿Cómo se diagnostica Fractura de Jones?
Como ocurrió la lesión o cuándo comenzó el dolor son datos importantes a la hora de diagnosticar esta lesión. El pie se examina suavemente en diferentes áreas para determinar dónde hay dolor. También es necesario un estudio por imagen para confirmar el diagnóstico, aunque una fractura de Jones a veces no siempre aparece en las radiografías iniciales.
¿Cómo se trata Fractura de Jones?
El tratamiento siempre dependerá directamente de la importancia y gravedad de la lesión o fractura. Las fracturas pequeñas o consideradas menores, que además son estables y que en ningún caso están desplazadas, pueden ser relativamente fáciles de tratar con fisioterapia, elevación, órtesis y reposo. De esta forma se ayuda a recuperar fuerza y mejorar la amplitud de movimiento en el pie. Sin embargo, si involucra un hueso desplazado o si no ha podido sanar adecuadamente, la cirugía sería el tratamiento más adecuado.
La fractura puede tardar en recuperarse entre 6 semanas y meses en sanar.
El tratamiento adecuado siempre debe estar personalizado e individualizado al paciente, las necesidades de cada persona y cada caso son totalmente diferentes, así como el cuadro clínico y las pruebas radiológicas iniciales del diagnóstico, las cuales serán claves para poder indicar el tratamiento adecuado.
Rehabilitación de la Fractura de Jones
El proceso de rehabilitación es lento debido a que hemos tenido el pie inmovilizado y sin apoyar carga durante muchos días. Las consecuencias de esta inmovilización se ven reflejada en:
*Pérdida de fuerza y masa muscular.
*Pérdida de densidad ósea más o menos acusada (osteoporosis).
*Al no haber costumbre de apoyar el peso, aparece dolor en las articulaciones y en los ligamentos.
*Pérdida del patrón corporal, la imagen del paciente, de la propiocepción.
Empezamos en la fase temprana masajeando la zona todos los días, movilizar las articulaciones, hacer baños de contraste.
Tras inmovilizar nuestro pie de manera prolongada hay un proceso de osteosíntesis, o lo que es lo mismo, regeneración del hueso. En esta fase puede aparecer dolor tanto a nivel del hueso como en los músculos u otros tejidos, es debido a la atrofia muscular, a los procesos de estructuración celular y al acumulo de desechos, solamente hay que estar seguros de que el hueso está consolidado y los tejidos circundantes están en buen estado.
Una técnica para reducir la inflamación en etapas muy tempranas es la utilización de agua a diferentes temperaturas para lograr una vasodilatación y vasoconstricción, de esta manera logramos una mayor circulación del miembro afecto.
Otra forma de disminuir y hacer el dolor más aceptable, es a través de un tens, con un programa electro terapéutico que será el encargado de cambiar las señales que son recibidas por nuestro SNC.
Siempre en manos de fisioterapeutas tendremos que volver a cargar peso sobre nuestro pie afecto y para ello lo haremos de manera progresiva y siguiendo las indicaciones, no hay que pasarnos de estímulo pero tampoco quedarnos cortos.
La forma en que el pie apoya en el suelo determina la postura de todo el cuerpo a modo de pieza clave de la estructura, a su vez estructuras superiores cortas o muy descompensadas, pueden cambiar el apoyo de los pies en las superficies. Esta estrecha relación en la que se asciende y se desciende, debe estar en un equilibrio adecuado. Para conseguir esto, y un estado muscular adecuado, es la estructura ósea y muscular de los pies son totalmente esenciales.
En nuestra recuperación es muy importante la correcta elongación de la musculatura afectada, importantísima musculatura para la carrera y la marcha. Además de sostén inicial de la posición bípeda, si los músculos nombrados se encuentran en un estado correcto, permitirá al paciente caminar de una forma mucho más cómoda y agradable, así como una mejora a la hora de correr o realizar carreras. Además, evitará lesiones, como pueden ser las contracturas musculares o las roturas de las fibras. El correcto funcionamiento del gemelo y músculo sóleo es esencial en la dinámica del pie que puede verse alterada por una excesiva tensión de estos, pudiendo derivar en problemas como las fascitis plantar.
El pie humano posee una estructura ciertamente compleja, además de ser una parte imprescindible a la hora de realizar movimientos, como cuando estamos de pie, donde esta estructura se somete a una serie de fuerzas muy grandes, que tienen que permanecer en un aceptable equilibrio, para así mantener una transmisión de cargas correctas. Al realizar el masaje, vamos a poder evitar y/o mejorar lesiones como el espolón calcáneo, la fascitis plantar o las posibles sobrecargas por tratar de compensar las estructuras superiores, ya sean las rodillas o los tobillos
Una vez que podemos considerar consolidada la fractura, necesitamos que el pie recupere el equilibrio y la coordinación para poder conseguir la normalidad en su funcionamiento. Esto se consigue principalmente, mediante ejercicios de propiocepción, con los que aportamos muchísimos estímulos al pie, con la finalidad de conseguir de nuevo el normal movimiento en diferentes situaciones, suelos y superficies.
Ejercicios en fase temprana, en cuanto el médico nos dé el OK iniciamos la rehabilitación
Es importante que los ejercicios los realices siempre bajo la prescripción de un personal sanitario cualificado.
Algunos ejercicios que pueden realizarse para la rehabilitación de la lesión son los siguientes:
- Escribir el alfabeto en el aire o en el suelo con los dedos del pie.
- Con una toalla en el suelo intentar arrugarla usando los dedos, manteniendo el talón inmóvil, repetir 15 veces.
- Acercar la toalla extendida en el suelo hacia nosotros con los dedos de los pies, repetir 15 veces.
- Sentado y con los pies puestos sobre una toalla girar los pies de lado a lado para deslizar la toalla. Repetir 15 veces
- Levantar el pie y señalar con los dedos hacia arriba y hacia abajo durante 4 segundos.
Con estos ejercicios pretendemos aquí estimular y movilizar el tobillo para que vayan acostumbrándose al movimiento y alimentando al sistema nervioso de estímulos propioceptivos. La carga de peso durante esta fase es mínima o nula. El trabajo propioceptivo no es necesario en todas las personas, ni tampoco en todas las lesiones. Esto variará en función de su gravedad, su estado y por supuesto del ritmo de su recuperación. Para esta etapa los ejercicios propioceptivos son los siguientes (Fase temprana 2ª y 3ªsemana):
- En primer lugar realizaremos movilizaciones en círculos, 3 series, 10 vueltas hacia cada lado muy suave.
- Realizaremos isométricos en los 4 puntos cardinales, haremos 10 repeticiones con descansos entre series.
- Haremos flexo extensiones de dedos como arrugando la planta del pie y estirando los dedos, 10 repeticiones hacia flexión y 10 hacia extensión, descansando entre uno y otro.
- Realizaremos masajes de la planta del pie sobre una pelota de tenis, podemos sentir molestia, por ello con nuestro peso aumentamos o disminuimos la intensidad.
4ªy 5ª semana
En esta fase nos encontramos un pie y tobillo con más movilidad y más estimulada, con carga tolerada en el suelo pero todavía con dolores en la puntera e inestable, con fuerza mínima que deberemos ir aumentando poco a poco hasta cargar el total del peso de nuestro peso.
Los ejercicios de propiocepción que vamos a realizar son los siguientes:
- Ejercicios de apoyo con un pie, haremos figuras en el aire, haremos balanceos de atrás hacia adelante e introduciendo planos inestables sobre los que ir añadiendo dificultad progresiva, estos planos inestables pueden ser un cojín, colchón o bosu.
- Con los platos inestables añadimos dificultad y cerramos los ojos, añadimos dificultad también aumentando el tiempo sobre el plato inestable o añadiendo más repeticiones. realizaremos 10 repeticiones con cada pierna, si estamos cansados disminuimos las repeticiones o aumentamos la cantidad de descanso.
Ejercicios propioceptivos para la Fractura de Jones en la 5ª y 6ª semana
Cuando llegamos a esta fase, podemos encontrar un tobillo y un pie con una fuerza casi normal, con un ligamento prácticamente recuperado, donde el tobillo está preparado para realizar ejercicios de alta intensidad, y ya debemos trabajar de una forma más profunda la propiocepción. Además, trataremos de estimular todo lo posible el sistema propioceptivo, y exigir respuestas correctas ante los movimientos y los ejercicios más rápidos e intensos que propongamos.
De este modo, vamos a lograr que la articulación originalmente afectada, esté preparada por completo y fortalecida para que el paciente pueda retomar su actividad física diaria y deportiva.
- Realizamos ejercicios con salto lateral sobre bosu, 12 veces por cada lado, realizamos descansos entre series, 4 series.
- Realizamos el mismo ejercicio pero esta vez aumentamos la flexión de rodilla.
- Seguimos con el salto sobre el bosu pero esta vez de manera frontal 12 veces con cada pierna, descansando entre series, 4 series.
Bibliografía
Revista Internacional de Ciencias Podológicas fractura de Jones, ¿Tratamiento quirúrgico o tratamiento conservador?