Ejercicios y estiramientosEntrenamiento PersonalFisioterapiaLesiones miembro inferiorSociedades médicasVida sana y consejosWellness
862

Rotura de menisco: causas y recuperación después de una lesión

Las roturas de menisco son lesiones comunes en la rodilla que pueden afectar a personas de todas las edades y niveles de actividad física. El menisco, una estructura cartilaginosa en forma de “C” ubicada en la articulación de la rodilla, juega un papel crucial en la amortiguación, estabilidad y movimiento de esta articulación tan importante para la movilidad diaria y la práctica deportiva.

En la noticia de hoy vamos a conocer qué es exactamente un menisco, cómo ocurren las roturas, los síntomas que pueden experimentar y las opciones de tratamiento disponibles, incluyendo tanto enfoques conservadores como quirúrgicos. Quédate a leer conmigo, que esto te va a interesar:

ANATOMÍA DE LA RODILLA Y LOS MENISCOS

La rodilla es una de las articulaciones más complejas y cruciales para el cuerpo humano, permitiendo una amplia gama de movimientos, mientras soporta nuestro peso corporal. Se trata de una estructura constituida por diversos elementos, entre los cuales encontraremos los meniscos.

SI QUIERES SABER CÓMO SON, Y MUCHAS COSAS MÁS SOBRE LOS MENISCOS, PINCHA EN EL VÍDEO:

Los meniscos son estructuras de cartílago fibroso y elástico, que desempeñan un papel crucial en la estabilidad y el funcionamiento de la articulación de la rodilla.

Cada rodilla tiene dos meniscos: el menisco medial (interno) y el menisco lateral (externo).

  • Menisco medial – ubicado en la parte interna de la rodilla, también denominado menisco interno, podéis encontrarlo en las pruebas diagnósticas a través de sus siglas MI.

Tiene forma de C, y su tamaño es más grande y menos móvil en comparación con su compañero, el menisco lateral. Está firmemente adherido a la cápsula articular y el ligamento colateral medial.

  • Menisco lateral – ubicado en la parte externa de la rodilla, tiene forma de O, o semicircular. Es más pequeño y móvil que el anterior, y está menos adherido a la cápsula articular, lo que le confiere mayor movilidad y, por tanto, le hace menos susceptible de sufrir lesión; al contrario que el menisco interno, que es el que más lesiones suele presentar.


Están conformados por una capa superficial de fibras de colágeno dispuestas de manera paralela a la superficie (lo que les aporta resistencia al desgaste), otra capa media de fibras de colágeno dispuestas en múltiples direcciones (para resistir a las fuerzas de compresión) y una capa profunda de fibras de colágeno dispuestas radialmente (para proporcionar resistencia a las fuerzas de tracción); lo que les hace unas estructuras bastante estables y fuertes, ya que su función principal es la de amortiguar las cargas del miembro superior durante la actividad.

Se encuentran entre la articulación de la tibia y del fémur. Son estructuras casi ausentes de vasos sanguíneos y nervios, por lo que no tienen prácticamente capacidad de reparación o cicatrización por sí mismos. Su vascularización se resume en:

  • Zona roja-roja – situada en la parte externa del menisco, con buen suministro sanguíneo, lo que le hace susceptible de tener una mayor capacidad de recuperación y curación frente a los daños.
  • Zona roja-blanca – en la parte media del menisco, con un suministro de sangre mucho menor que la anterior, por tanto, es menos susceptible de recuperación.
  • Zona blanca-blanca – en la parte interna del menisco, carece de suministro de sangre y tiene una capacidad de curación prácticamente nula, requiriendo cirugía en la mayoría de los casos para su reparación.

FUNCIONES DE LOS MENISCOS

Nos podemos imaginar los meniscos como unas almohadillas con forma semicircular (uno más cerrado que otro) que separan la tibia de los cóndilos femorales, que se apoyan sobre ellos. Las funciones que cumplen se derivan de su fisiología y anatomía, y se resumen en:

  • Amortiguación – sirven de absorción del impacto, distribuyendo el peso que les transmite el cóndilo femoral (que tienen encima), hacia la tibia (que tienen debajo) y reduciendo la presión sobre el cartílago articular. Por eso, cuando el cartílago articular está desgastado, o los meniscos no cumplen bien su función por alguna lesión, ambas patologías (de cartílago y meniscales) suelen ir de la mano.
  • Estabilidad – contribuyen a la estabilidad de la rodilla, especialmente durante movimientos de rotación y cambios de dirección; siendo estos, también, los mecanismos lesionales.
  • Lubricación – facilita la distribución del líquido sinovial segregado en la rodilla, para lubricar y nutrir el cartílago articular, y favorecer el movimiento suave y el deslizamiento de las superficies articulares.
  • Congruencia articular – esto quiere decir que sirven para aumentar la superficie de contacto entre los cóndilos femorales y los platillos tibiales, mejorando la conexión de ambos huesos y distribuyendo las fuerzas de una manera más eficaz y uniforme.

TIPO DE ROTURA

  • Longitudinal – a lo largo de la longitud del menisco, puede convertirse en una rotura en asa de cubo si no se trata.
  • Rotura radial – se extiende desde el borde interno del menisco hacia el borde externo, común en el menisco medial.
  • Rotura en asa de cubo – se trata de un tipo específico de rotura longitudinal, donde una parte del menisco se desplaza hacia el interior de la rodilla, causando bloqueo articular. A menudo requiere cirugía.
  • Rotura horizontal – separa el menisco en una capa superior y otra inferior, puede ser degenerativa y está asociada con el desgaste crónico del menisco.
  • Rotura en pico de loro – se presenta una pequeña rotura en forma de pico en el borde libre del menisco y puede causar fragmentos móviles que irriten y bloqueen la articulación.
  • Rotura compleja – una combinación de dos o más patrones de rotura, generalmente en más difíciles de tratar y pueden requerir la combinación de varios enfoques de tratamiento.


CAUSAS DE ROTURA DE MENISCO

Las roturas de menisco pueden ser causadas por varios factores, que a menudo varían según la edad, el nivel de actividad y la salud general de la persona. Aquí se detallan las principales causas de rotura de menisco:

  • LESIONES DEPORTIVAS:
    • Deportes de Contacto: Actividades como el fútbol, baloncesto, rugby y hockey que implican giros bruscos, cambios rápidos de dirección y contacto físico son causas comunes de roturas de menisco.
    • Deportes de Alta Intensidad: Deportes como el esquí, el tenis y el levantamiento de pesas, donde la rodilla está sometida a fuerzas y presiones intensas.
  • MOVIMIENTOS BRUSCOS Y TRAUMATISMOS
  • Giros y Torsiones: Movimientos repentinos de giro o torsión mientras el pie está plantado en el suelo pueden causar una rotura de menisco.
  • Flexión Forzada: Flexionar la rodilla más allá de su rango normal de movimiento, como en una sentadilla profunda, puede resultar en una lesión meniscal.
  • Impactos Directos: Caídas o accidentes que resultan en un impacto directo en la rodilla pueden causar una rotura de menisco.
  • DEGENERATIVAS
    • Desgaste Natural: Con el envejecimiento, los meniscos tienden a debilitarse y desgastarse, haciéndolos más susceptibles a las roturas incluso con actividades diarias normales.
    • Condiciones Degenerativas: La osteoartritis y otras condiciones que afectan el cartílago pueden contribuir a la degeneración del menisco.
  • FACTORES ANATÓMICOS – Meniscos Anormalmente Formados: Algunas personas pueden tener meniscos con formas o estructuras anormales que los hacen más vulnerables a las lesiones.
  • ACTIVIDADES COTIDIANAS – Trabajo Físico con movimientos repetitivos: Actividades que implican arrodillarse repetidamente, levantar objetos pesados o subir y bajar escaleras pueden contribuir a una rotura de menisco.

FACTORES PREDISPONENTES A LA ROTURA DE MENISCO.

Los factores predisponentes a la rotura de menisco pueden aumentar el riesgo de sufrir esta lesión, ya sea por debilitar la estructura del menisco o por incrementar la probabilidad de sufrir un trauma en la rodilla:

  • Edad y degeneración
    • Envejecimiento – con el paso del tiempo, los meniscos tienden a debilitarse y desgastarse, haciéndose más propensos a las roturas, incluso con movimientos menores.
    • Condiciones degenerativas – como la osteoartritis o las condropatías pueden contribuir a la degeneración del menisco.
  • Actividad física
    • Deportes de alto impacto – actividades que implican giros bruscos, cambios rápidos de dirección, saltos, contacto físico… aumentan el riesgo de rotura de menisco.
    • Trabajo físico – aquellas ocupaciones que requieren movimientos repetitivos de arrodillarse, levantar objetos pesados o subir/bajar escaleras, son más propensos.
    • Mala técnica – usar técnicas incorrectas en deporte o durante el levantamiento de objetos pesados.
    • Calzado inadecuado – el uso de zapatos que no proporcionen el soporte adecuado a la actividad física, puede contribuir a una mala alineación de la rodilla y de la pisada durante la actividad física, e incluso al andar.
  • Historia de lesiones previas – una historia de lesiones previas de rodilla, como esguinces, desgarro de ligamentos o roturas anteriores de menisco, pueden debilitar la estructura de la rodilla y predisponer a nuevas lesiones de menisco.
  • Factores anatómicos y biomecánicos
    • Desalineación de la rodilla – anomalías en la alineación articular de la rodilla, como el genu varo (piernas arqueadas) o genu valgo (piernas en X), pueden aumentar la presión sobre el menisco o su tensión.
    • Inestabilidad articular – las rodillas inestables o con movilidad excesiva pueden producir mayor estrés meniscal.
    • Meniscos anormalmente formados – ya sea congénitamente, como los meniscos discoides, son más susceptibles de rotura.
    • Pisadauna pisada excesivamente prona, o supina, o algunos desequilibrios biomecánicos, pueden favorecer un mayor desgaste del menisco.
  • Factores relacionados con la salud y el estilo de vida
    • Obesidad – el exceso de peso corporal aumenta la carga que tienen que soportar nuestras rodillas, incrementando el riesgo de lesiones meniscales.
    • Falta de condición física – musculatura débil alrededor de la rodilla, especialmente de los cuádriceps e isquiotibiales, pueden no proporcionar el soporte adecuado y aumentar el riesgo de lesión.
    • Condiciones metabólicas – como la diabetes y la gota, también pueden afectar a la salud del tejido articular, incluyendo al menisco.
  • Genéticos – Algunas personas pueden tener una predisposición genética a las lesiones meniscales debido a la estructura y composición de sus tejidos conectivos.

SIGNOS Y SÍNTOMAS DE ROTURA MENISCAL

  • Dolor de rodilla – puede ser un dolor aguado, inmediato, que se sienta inmediatamente después de la lesión; o puede producirse dolor continuo que puede empeorar con actividades que impliquen la flexión y la rotación de la rodilla.
  • Hinchazón – puede aparecer inmediatamente después de la lesión o desarrollarse varias horas después o en días posteriores.
  • Rigidez y pérdida de movimiento – dificultad para mover la rodilla, flexionarla o enderezarla completamente y sensación de bloqueo, impidiendo el movimiento normal.
  • Chasquidos y sensación de desgarro – algunas personas pueden percibir o sentir chasquidos en el interior de la rodilla, especialmente en el momento de la lesión.
  • Inestabilidad – sensación de debilidad e incapacidad para soportar peso corporal.
  • Dolor al tacto – especialmente en la línea articular cuando se presiona.
  • Bloqueo de la rodilla – la rodilla puede quedarse bloqueada en una posición y no poder moverse hasta que el fragmento desgarrado se desplace, o también puede sufrir bloqueos y desbloqueos de manera intermitente.
  • Puede haber derrame articular – a veces se asocia con la presencia de quiste de Baker.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de la rotura de menisco implica una combinación de historia clínica, examen físico y pruebas de imagen complementarias, siempre realizados por un profesional o equipo de profesionales.

Historia clínica
  • Sintomatología – dolor, hinchazón, rigidez, bloqueo, inestabilidad…
  • Mecanismo lesional – suelen ser a menudo causadas por giros bruscos.
  • Historial médico – lesiones previas, condiciones degenerativas, condiciones biomecánicas…
Examen físico

Importantísimo para valorar la presencia de la rotura de menisco, debe realizarse por un profesional sanitario.

¿Como saber si hay una lesión de menisco? – Rotura de menisco

YouTube player
  • Inspección y palpación ­ de la estructura para evaluar la presencia de inflamación, localización, identificar áreas específicas de dolor…
  • Pruebas de movilidad – evaluación del rango articular y los bloqueos.
  • Pruebas específicas – son maniobras que realizamos para comprobar el estrés del menisco y su respuesta dolorosa o no.
    • McMurray – el profesional realizará, con el paciente boca arriba, una flexión de rodilla y cadera con rotación, para después realizar una extensión de rodilla mientras mantiene la rotación. La presencia de chasquidos o dolor puede indicar rotura meniscal.
    • Apley – con el paciente boca abajo, y con la rodilla flexionada, el profesional aplicará presión hacia abajo en la pierna, mientras rota la rodilla. La presencia de dolor es susceptible de lesión meniscal.

  • Prueba de Steinmann – se realiza una flexión y extensión de la rodilla con rotación tibial. Dolor en la rotación interna sugiere lesión en menisco externo, y dolor a la rotación externa, sugiere lesión en menisco interno.
  • Pruebas de imagen – si las pruebas clínicas salen positivas, sugiriendo una lesión meniscal, se realizarán estudios de imagen para confirmar el diagnóstico y evaluar la severidad:
    • RMN – resonancia magnética
    • Ultrasonido – para proporcionar una visión dinámica de la rodilla.
    • Rayos X – para descartar otras lesiones.
    • Artroscopia diagnóstico – dada la dificultad de visionado, a veces, de este tipo de lesiones.
Diagnóstico diferencial
  • Lesiones ligamentosas – esguinces y desgarros de LCA o LCP, a los que a menudo suele ir ligado.
  • Condromalacia rotuliana – daño en el cartílago interno de la rótula.
  • Bursitis – inflamación de las bolsas sinoviales de la rodilla.
  • Tendinopatías – inflamación de los tendones alrededor de las rodillas.
  • Osteoartritis – desgaste y degeneración del cartílago articular.

TRATAMIENTO DE LA ROTURA DE MENISCO

Tratamiento conservador

El tratamiento conservador para la rotura de menisco se centra en aliviar los síntomas, reducir la inflamación, mejorar la función de la rodilla y evitar una mayor degeneración del menisco o de las estructuras adyacentes.

El tratamiento conservador puede ser más efectivo en roturas meniscales pequeñas o en las zonas donde el suministro de sangre es mejor (zona roja-roja). Sin embargo, hay lesiones meniscales que pueden recuperarse sin necesidad de cirugía, mediante un abordaje conservador, como os vamos a comentar ahora.

Siempre os hacemos hincapié en que la existencia de una lesión física en el cuerpo no tiene por qué producir limitación, incapacidad o ser la causa de tu dolor, siempre. En algunas ocasiones, hay lesiones meniscales que no dan la cara, que no se sienten.

Y, en otros casos, también hay lesiones meniscales que no son necesarias de abordar quirúrgicamente, porque se consigue estabilizar y suplir la función mediante el tratamiento conservador. Así que no asociéis directamente la rotura del menisco con la cirugía, porque en la mayoría de los casos no es necesario; y siempre es recomendable probar el tratamiento conservador, primeramente.

Para ello, es importante que acudáis a vuestro fisioterapeuta de confianza, y comentéis vuestro caso, para pautaros el mejor tratamiento para vosotros, y para asegurarnos de que el dolor proviene de esa estructura y no de otras causas.

Las principales estrategias del tratamiento conservador son:

  • Control del dolor y la inflamación
    • Modificación y adaptación de las actividades – evitar aquellas que aumenten el dolor o la inflamación de la rodilla afecta, y proponer otras que permitan mantenerte activo.
    • Hielo – durante unos 15-20 minutos, en caso de inflamación, varias veces al día.
    • AINES – el médico puede recomendarte el consumo de antiinflamatorios para controlar estos síntomas.
  • Fisioterapia
    • Ejercicios de fortalecimiento – fortalecer la musculatura de la rodilla en general, y las estructura que – directa e indirectamente – se relacionan con ella; especialmente, cuádriceps, isquiotibiales y musculatura glútea (que funciona como estabilizadora de la articulación de la rodilla).
    • Electroestimulación
    • Estiramientos – para mantener la flexibilidad y mejorar el rango de movimiento de la articulación, y de las adyacentes, para que no limiten el movimiento de la rodilla.
    • Movilizaciones – activas, pasivas o asistidas, en caso de que el rango de movilidad se vea afectado.
    • Drenajepara eliminar la inflamación y mejorar el intercambio de nutrientes y la reparación del daño en la zona.
    • Electroterapia – para ayudar con la inflamación.
    • Bomba diamagnética uno de los mejores tratamientos, rápidos y efectivos para la eliminación de la inflamación.
    • Diatermia
    • Terapia manualpara activar la circulación, mejorar el trofismo del tejido y aliviar las sobrecargas derivadas.
    • Ejercicios de equilibrio y propiocepción – especialmente en casos con inestabilidad, para prevenir recaídas y futuras lesiones.
  • Ayudas técnicas
    • Rodilleras o vendas compresivas – para proporcionar soporte adicional y estabilidad a la rodilla, especialmente en los primeros momentos de la lesión donde la inflamación y el dolor no nos permiten llevar a cabo nuestra vida diaria.
    • Muletas o bastones – para ayudar a reducir la carga sobre la rodilla, mientras se recupera, siempre recomendados por un profesional sanitario, y dependiendo del caso y de la sintomatología.
  • Educación y modificación del estilo de vida
    • Enseñar al paciente algunas técnicas para realizar las actividades diarias de manera que se minimice el estrés sobre la rodilla.
    • Control del peso corporal – mantener un peso corporal saludable para reducir la carga sobre la rodilla y mejorar los resultados del tratamiento. Si crees que debes consultar con un nutricionista para ello, pincha en el link, que podemos ayudarte.
  • Inyecciones articulares
    • Corticoides – son inyecciones para reducir la inflamación y aliviar el dolor, en casos concretos, siempre bajo la supervisión de un especialista.
    • Ácido hialurónico – sirven para lubricar y amortiguar la articulación, especialmente en los casos que haya desgaste articular asociado.
Tratamiento quirúrgico

El tratamiento quirúrgico para la rotura de menisco se considera cuando el tratamiento conservador no proporciona alivio adecuado de los síntomas, especialmente en casos de roturas complejas, sintomáticas o cuando hay bloqueo articular persistente:

  • Artroscopia de menisco – la mayoría de las cirugías de reparación de menisco se realizan mediante artroscopia, un procedimiento mínimamente invasivo que utiliza pequeñas incisiones y un tubo delgado con una cámara para ver dentro de la rodilla.
    • Menisectomía parcial – consiste en la retirada de la parte dañada o desgarrada del menisco; normalmente, se realiza en roturas grandes, complejas o en áreas con pobre capacidad de regeneración (zona blanca-blana).

Los tiempos de recuperación varían entre 4-6 semanas, para actividades de baja intensidad. En cuanto a la vuelta al deporte podemos hablar de 3 a 6 meses, en caso de que requieran impacto o movimientos bruscos.

  • Reparación del menisco – se realiza una sutura meniscal para permitir su curación; normalmente se realiza en zonas periféricas, donde el menisco tiene un buen suministro sanguíneo (zona roja-roja).

Los tiempos de recuperación pueden requerir 3-6 meses aproximadamente, para reestablecer por completo tu vida diaria. En cuanto a la vuelta al deporte, debe ser progresiva a partir del 3-4 mes, partiendo desde actividades de bajo impacto, hacia deportes más exigentes.

  • Menisectomía total – cuando no hay superficie salvable, prácticamente, y se retira el menisco por completo. No suele ser la primera opción, puesto que las consecuencias no son nada favorables; sin embargo, hay ocasiones en las que no se puede salvar nada de él y conviene su retirada.
  • Trasplante de menisco – no es muy común. Normalmente se realiza un aloinjerto, un trasplante procedente de un cadáver, cuando se ha perdido toda o la mayor parte del menisco.

FASES DE LA REHABILITACIÓN TRAS CIRUGÍA DE MENISCO

Siempre aconsejable seguir la rehabilitación con un fisioterapeuta que pueda realizar un tratamiento individualizado y coordinado con el equipo médico.

  • ETAPA INICIAL (0-2 SEMANAS) – destinada al control del dolor, la inflamación, el inicio de la movilidad de la rodilla y el mantenimiento de la musculatura adyacente no afectada.
    • Crioterapia
    • Isométricos de cuádriceps e isquiotibiales
    • Fortalecimiento musculatura adyacente
    • Movilización precoz
    • Electroestimulación
  • ETAPA INTERMEDIA (2-6 SEMANAS) – destinada a la mejora del rango articular, al fortalecimiento de la musculatura adyacente y la mejora de la estabilidad y la función de la rodilla.
    • Fisioterapia continua – sesiones regulares para trabajar en la movilidad y los ejercicios, aumentando el rango de movimiento de forma progresiva.
    • Fortalecimiento muscular – ejercicios específicos de cuádriceps, isquiotibiales, gemelo/sóleo y musculatura estabilizadora de la rodilla.
    • Entrenamiento del equilibrio y la propiocepción
    • Ejercicios aeróbicos de bajo impacto – actividades como la bicicleta estática.
    • Marcha en carga parcial – generalmente, a partir de las cuatro semanas, con ayuda de un bastón o muleta.
  • ETAPA AVANZADA (6-12 SEMANAS) – destinada a continuar con la mejora de la fuerza y la estabilidad de la rodilla; así como a preparar el retorno a las actividades diarias o deportivas.
    • Intensificación del entrenamiento de fuerza – mediante un aumento gradual de la resistencia y la carga.
    • Ejercicios funcionales – simulación de actividades específicas como correr, saltar, pivotar…
    • Reintroducción al deporte o a la actividad diaria – evaluación de la capacidad funcional y progresión hacia actividades más exigentes según la respuesta de la rodilla.
  • ETAPA DE MANTENIMINETO (A PARTIR DE LAS 12 SEMANAS) – se mantienen los logros alcanzados durante la rehabilitación, y continuamos con la mejora de la fuerza, la estabilidad y la resistencia de la rodilla; siempre monitoreando cualquier síntoma de recaída o fatiga.
    • Programa de ejercicios de mantenimiento
    • Seguimiento regular
    • Educación al paciente – especialmente aquí, pero se realiza en todas las fases, para asegurarnos de que el paciente está informado de cómo prevenir futuras lesiones y cuándo buscar atención profesional si se presentan síntomas.

BIBLIOGRAFÍA

  1. (2019, 12 diciembre). ROTURAS DE MENISCO. Preparación Física y Fisioterapia Especializados En Baloncesto.
  2. Drosos, M., & Pozo, A. (2018). Meniscal tear management: an evidence-based approach. EFORT Open Reviews, 3(5), 223-231.
  3. Beaufils, P., & Verdonk, R. (Eds.). (2010). The Meniscus. Springer. ISBN 978-3-642-02449-9
  4. Chahla, J. (Ed.). (2021). Meniscus Injuries: A Clinical Casebook. ISBN 978-3030595894
  5. Oh, L. S., & Asnis, P. D. (2008). Biomechanics of meniscus injuries and repairs. Clinics in Sports Medicine, 27(3), 405-426.
Etiquetas: Bloqueo, Cirugía de menisco, deporte, DOLOR DE RODILLA, ejercicios rodilla, menisco, Recuperación Menisco, rodilla

Posts relacionados