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Muñeca abierta: Síntomas y tratamiento para la dislocación de muñeca

Si alguna vez has tenido dolor de muñeca, seguro que te suenan frases como estas: “eso es porque tienes la muñeca abierta” o “seguro que te has abierto la muñeca”. Seguramente tú también has tenido esta reacción cuando te has tropezado y te has caído apoyado las muñecas, ¿verdad? Ese impulso de decir, “madre mía, seguro que me he abierto la muñeca”.

dolor muñeca abierta

Si quieres saber por qué ocurre esto, en qué consiste exactamente la muñeca abierta y cómo solucionarlo y evitar futuras lesiones, este es tu sitio y esta es tu noticia. ¡Vamos a conocer más!

MUÑECA ABIERTA

Cuando hablamos de muñeca abierta, nos estamos refiriendo coloquialmente a un esguince de los ligamentos de la muñeca. Es decir, estamos refiriéndonos a una condición que afecta a la estabilidad en la articulación de la muñeca, por alteración o rotura de los ligamentos del carpo. En ella, los ligamentos que sostienen los huesos de la muñeca, y permiten la correcta interacción de las articulaciones durante el movimiento, están dañados o debilitados, lo que provoca inestabilidad.

Se trata de una lesión bastante común y supone una de las causas más frecuentes en la consulta de traumatología y de fisioterapia.

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Repaso anatómico de la muñeca

La muñeca es una articulación está compuesta por ocho huesos carpianos dispuestos en dos filas, una proximal y otra distal, que se articulan entre sí y con los huesos del antebrazo (radio y cúbito) y los huesos de la mano (metacarpianos). Los ligamentos se encargan de conectar estos huesos entre sí, y juegan un papel crucial para la estabilidad de la muñeca.

Se trata de una articulación que, aunque compleja, tiene una gran estabilidad y movilidad, lo que le dota de gran capacidad para realizar movimientos muy precisos.

Todas las estructuras que conforman este conjunto anatómico complejo se coordinan entre sí para permitir la correcta función de la muñeca, proporcionando movimientos de flexión, extensión, desviaciones radial y cubital (como cuando hacemos el gesto de saludar con la mano) y la circunducción (combinando todos los movimientos anteriormente mencionados).

  • Huesos (de lateral a medial):
    • Fila proximal – escafoides, semilunar, piramidal y pisiforme.
    • Fila distal – trapecio, trapezoide, grande y ganchoso.

huesos de la muñeca

  • Articulaciones
    • Radiocarpiana – formada entre el radio y la fila proximal de los huesos del carpo.
    • Intercarpiana – articulaciones entre los huesos del carpo.
    • Mediocarpiana – formada entre la fila proximal y la distal.
    • Carpometacarpiana – compuesta entre los huesos de la fila distal y los metacarpianos.
  • Ligamentos – son estructuras fibrosas que mantienen unidos los huesos de la muñeca y le proporcionan estabilidad.
    • Intrínsecos – conecta los huesos carpianos entre sí.
    • Extrínsecos – conectan los huesos carpianos con el radio y el cúbito.

anatomia ligamentos muñeca

  • Cartílago – sirve de superficie de conexión entre los huesos, sirviendo para su correcto encaje y amortiguación de las cargas entre las superficies articulares.
  • Músculos y tendones
    • Flexores – incluyen el flexor radial del carpo, flexor cubital del carpo y el palmar largo.
    • Extensores – incluyen el extensor radial largo del carpo, el extensor radial corto del carpo y el extensor cubital.
    • Intrínsecos de la mano – contribuyen al movimiento y la estabilidad de los dedos.

Gracias a la estabilidad que hay entre todas estas estructuras, se produce su correcta ejecución del movimiento. Sin embargo, cuando esta estabilidad no está presente, aparecen disfunciones y dolor.

INESTABILIDAD Y MECANISMO FISIOPATOLÓGICO

Estabilidad de la muñeca

La estabilidad de la muñeca hace referencia a la capacidad de la articulación para mantener una correcta alineación y permitir movimientos controlados sin desplazamientos anormales entre los huesos del carpo. Esta estabilidad, como decíamos antes, es esencial para realizar las actividades de la vida diaria, en las que se requiere gran precisión y fuerza en la mano y el antebrazo.

Factores que contribuyen a la estabilidad

  • Estructuras óseas – la disposición de los huesos del carpo en dos filas conforma un complejo sistema que proporciona una base estructural muy estable. El radio y el cúbito, en colaboración con los huesos del carpo, forman las principales articulaciones de la muñeca.
  • Ligamentos – como describíamos anteriormente, sirven de unión entre todos estos huesos y articulaciones, conformando una estructura estable, que permite únicamente los movimientos para los que está diseñada. Contribuyen, por tanto, a mantener la estabilidad pasiva.
  • Cartílago – favorece el correcto encaje entre las superficies óseas y amortigua las cargas.
  • Músculos y tendones – contribuyen a la estabilidad dinámica, ayudan a mantener la alineación y permiten el movimiento controlado de la muñeca.
  • Cápsula articular – la cápsula articular proporciona un soporte adicional y limita el movimiento excesivo de la misma.

La inestabilidad de la muñeca ocurre cuando las estructuras que proporcionan estabilidad están dañadas o debilitadas, lo que suele ser el resultado de un movimiento anormal entre los huesos carpianos y la sensación que se produce.

  • Inestabilidad ligamentosa – se trata de una inestabilidad pasiva, resultante normalmente de una lesión traumática, como un esguince severo, que provoca la inflamación o daño de los ligamentos; o aquellas producidas con el tiempo fruto de traumas de repetición o condiciones degenerativas.
  • Inestabilidad dinámica – asociada con la debilidad o descoordinación de los músculos y tendones que controlan el movimiento de la muñeca.

En cualquier caso, cuando esta estabilidad se ve comprometida, puede provocarse una desalineación de los huesos carpianos. Por ejemplo, la rotura del ligamento escafolunar puede permitir que el escafoides y el semilunar se separen anormalmente, afectando a la movilidad normal de la muñeca.

  • Disfunción articular
    • Alteración de la cinemática – la desalineación y la falta de soporte ligamentoso altera la cinemática de la muñeca, resultando en movimientos anormales.
    • Cargas anómalas – las fuerzas se distribuyen de manera anormal sobre las superficies articulares cuando esto ocurre, por lo que puede producirse un desgaste adicional, prematuro o artritis secundaria.
  • Respuestas inflamatorias
    • Inflamación aguda – la lesión ligamentosa provoca una respuesta inflamatoria inicial, con hinchazón y dolor.
    • Inflamación crónica – si esta inestabilidad persiste y no se resuelve, puede ocasionar una inflamación crónica y la degeneración del tejido, por lo que conllevará cada vez más dolor e inestabilidad, con pérdida de funcionalidad, incluso.

Las consecuencias funcionales de esta inestabilidad, que puede tener varias causas – como veremos adelante – suelen ser dolor y sensibilidad, especialmente durante las cargas de peso o el movimiento; debilidad y pérdida de función (pérdida de fuerza de agarre y capacidad funcional de la mano en general) y desgaste articular (dada la distribución anormal de las fuerzas, acelerando el desgaste de las superficies articulares, y derivando posiblemente en artrosis y artritis).

CAUSAS DE LA MUÑECA ABIERTA

  • Esguince – traumatismos directos, como caídas o impactos directos que producen daño o lesión en los ligamentos de la muñeca.
    • Grado I (leve) – estiramiento ligero del ligamento sin desgarro significativo.
    • Grado II (moderado) – desgarro parcial del ligamento con cierta inestabilidad.
    • Grado III (severo) – desgarro completo del ligamento con inestabilidad significativa.

grados de esguince de muñeca

  • Fracturas – algunas fracturas en los huesos del carpo, especialmente en el escafoides, pueden alterar la estabilidad de la muñeca, al perjudicar la alineación ósea y la función ligamentosa.
  • Microtraumas repetitivos
    • Uso repetitivo – actividades que implican movimientos repetitivos de la muñeca, como en ciertos deportes (tenis, gimnasia, golf) o trabajos manuales (carpintería, uso constante del teclado, electricistas, fontaneros…) pueden causar microlesiones acumulativas en los ligamentos.
    • Sobrecarga – la carga repetitiva y el estrés continuo sobre la muñeca pueden debilitar los ligamentos con el tiempo, especialmente si no se respetan los tiempos de descanso o curación tras daños, llevando a inestabilidad crónica.
  • Enfermedades degenerativas
    • Artritis reumatoide – esta enfermedad autoinmune puede causar inflamación crónica y daño a los ligamentos y tejidos blandos de la muñeca que se encargan de la estabilidad.
    • Osteoartritis – el desgaste progresivo del cartílago y los ligamentos debido a la edad o al uso excesivo de la estructura puede resultar en una muñeca abierta.
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  • Mala técnica en gestos deportivos – como, por ejemplo, en deportistas de halterofilia, gimnastas o en deportes de contacto.
  • Factores congénitos y genéticos
    • Hipermovilidad ligamentosa – algunas personas nacen con ligamentos más elásticos o laxos, lo que predispone a la inestabilidad articular.
    • Anomalías óseas – algunas personas nacen con desarrollos óseos anormales o de las estructuras ligamentosas, que pueden predisponerles a sufrir inestabilidad.
  • Infecciones y condiciones inflamatorias
    • Infecciones articulares – las infecciones intraarticulares pueden dañar los ligamentos y otros tejidos estabilizadores.
    • Condiciones inflamatorias crónicas – la gota o el lupus, concretamente, pueden afectar a estructuras de la muñeca, predisponiendo la inestabilidad.
  • Tratamientos quirúrgicos previos
    • Cirugías previas – especialmente aquellas en las que no se logra conseguir una reparación adecuada o reconstrucción ligamentosa, pueden ocasionar inestabilidad postquirúrgica. También puede ser resultado breve de la propia cirugía y resolverse posteriormente con tratamiento de fisioterapia.
    • Artroscopias – menos común, pero algunas complicaciones en el procedimiento pueden contribuir a la inestabilidad, si se produce algún daño en las estructuras estabilizadoras.

SÍNTOMAS MUÑECA ABIERTA

  • Dolor
    • Crónico – suele ser persistente y se localiza en la muñeca, especialmente en la zona donde los ligamentos están dañados.
    • Durante la actividad – aquellas actividades que implican el uso de la muñeca, como levantar objetos, el apoyo, o los giros, pueden exacerbar el dolor.
  • Sensación de inestabilidad
    • Sensación de tener la muñeca floja – puedes sentir la muñeca floja o inestable, especialmente durante el uso o al realizar movimientos específicos.
    • Desplazamiento – algunas personas pueden experimentar la sensación de que los huesos se mueven o se salen del sitio, temporalmente.
  • Chasquidos y crujidos – chasquidos, crujidos y crepitaciones al mover la muñeca, pueden ser indicativos de inestabilidad, ya que los huesos del carpo pueden estar desalineados o los ligamentos que los contienen estar dañados.
  • Hinchazón y sensibilidad
    • Inflamación – puede haber inflamación e hinchazón alrededor de la muñeca, particularmente después de actividades que implican el uso de la mano y el antebrazo, en movimientos forzosos o en el apoyo de peso.
    • Sensibilidad – sensibilidad al tacto en a la zona afectada.
  • Pérdida del rango de movimiento
    • Rigidez – puedes sentir la muñeca rígida y dificultad para moverla completamente.
    • Limitación en el movimiento – puedes notar topes en la movilidad, o restricción en sí, en el movimiento.
  • Debilidad – la muñeca puede sentirse débil, dificultando la realización de actividades que requieran fuerza de agarre y estabilidad; además de fatiga muscular de la musculatura de alrededor de la muñeca, por la falta de soporte estructural adecuado.
  • Cambios en la función
    • Dificultad para realizar tareas – movimientos cotidianos como escribir, abrir tarros, levantar objetos o realizar trabajos manuales, pueden ser dolorosos o difíciles de realizar.
    • Reducción de la precisión del movimiento – tareas que requiere precisión manual, como teclear en el ordenador o tocar un instrumento, pueden verse afectadas y difíciles de realizar.
  • Episodios de agudización
    • Brotes de la sintomatología – los síntomas pueden empeorar periódicamente, especialmente después de actividades extenuantes o movimientos bruscos.
    • Periodos de remisión – entre los brotes, puede haber períodos en los que los síntomas son menos intensos o incluso ausentes.

CÓMO PREVENIR QUE SE ME ABRA LA MUÑECA

La prevención de la inestabilidad de la muñeca, o de la muñeca abierta dicho coloquialmente, consiste en tomar medidas para proteger los ligamentos y las estructuras estabilizadoras de la muñeca. Entre ellas:

  • Fortalecimiento muscular – realizar ejercicios específicos para fortalecer la musculatura del antebrazo, la muñeca y la mano, puede proporcionar mayor estabilidad a la articulación, especialmente si ya hay una inestabilidad de base.
  • Ejercicios de estiramiento y movilidad – mantener todo el rango de movilidad y la flexibilidad de la muñeca y los músculos del antebrazo es crucial para evitar y reducir el riesgo de lesiones.
  • Ergonomía en el trabajo – ajustar el puesto de trabajo para mantener una postura correcta de la mano y la muñeca, utilizando teclados ergonómicos y reposamuñecas.
  • Técnica deportiva – aprender y poner en práctica la técnica adecuada y el gesto deportivo para minimizar el estrés de la muñeca.
  • Protección – uso de muñequeras, férulas o guantes de protección, durante actividades deportivas o actividades laborales que impliquen riesgo para la muñeca, especialmente en casos en los que ya haya una inestabilidad de base.
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  • Evitar la sobrecarga y los movimientos de repetición, en la medida de lo posible realizar descansos regulares durante las actividades de repetición y cambiar las tareas con regularidad.
  • Atención a los primeros síntomas – prestar atención a los primeros signos de dolor o inestabilidad y buscar atención profesional inmediatamente, para evitar el agravamiento. Aplicar hielo, reposar y evitar actividades que causen más dolor cuando se noten los primeros síntomas.
  • Control de las enfermedades crónicas – controlar las afecciones como la artritis reumatoide y la osteoartritis, así como seguir las recomendaciones médicas para el uso de antiinflamatorios y terapias que mantengan la integridad y de la articulación.
  • Educación y conciencia postural – participar en programas sobre educación en el cuidado de la articulación y la prevención de lesiones en el trabajo o en las actividades deportivas; así como ser consciente de la postura y movimientos de la muñeca durante las actividades cotidianas, para evitar posturas y movimientos dañinos.

TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA MUÑECA ABIERTA

El tratamiento irá encaminado a la mejora de la estabilidad, la fuerza, la movilidad y la función general de la muñeca. Sin embargo, dependerá de la etiología, del grado de lesión y de la evolución de la misma.

  • ETAPA AGUDA:
    • Protocolos iniciales:
      • Reposo relativo – evitar realizar movimientos bruscos o repentinos, y que causen dolor en la articulación. Inmovilización completamente o parcial sólo en aquellos casos en los que le profesional considere necesario.
      • Compresión – mantener la zona comprimida para controlar la inflamación, y aportar sensación de estabilidad, puede contribuir a mejorar la sintomatología. Podemos usar técnicas como kinesiotaping.
      • Crioterapia – aplicar hielo sobre la zona afecta para generar vasoconstricción y analgesia.
      • Elevación – para evitar el avance de la inflamación y reducir el dolor.
    • Drenaje del edema – en casos en los que se haya producido.
    • Manejo del dolor y la inflamación –
      • Mediante técnicas de cinesiterapia, terapia manual y/o electroterapia, como, por ejemplo, el TENS.
      • También podremos aplicar diatermia en modo atérmico, para mejorar el flujo sanguíneo y favorecer la pronta recuperación de los tejidos.
      • También podemos hacer uso de la bomba diamagnética para reducir en un tiempo récord la inflamación, y permitirnos cuánto antes avanzar a las siguientes fases de rehabilitación.
    • Educación al paciente – mediante instrucciones sobre cómo proteger la muñeca durante las actividades diarias y enseñar técnicas de elevación y soporte adecuadas, así como sustituir las actividades diarias por otras, o enseñarle otras técnicas para realizarlas.
  • ETAPA SUBAGUDA:
    • Fortalecimiento – puede ser isométrico en un principio, aunque si la estructura y el dolor lo permiten, podemos avanzar hacia los concéntricos.
    • Ejercicios de propiocepción y equilibrio – para mejorar el control neuromuscular y la estabilidad.
    • DIATERMIA – puede seguir siendo aliada en esta etapa, ya con un mayor efecto térmico, para acelerar la recuperación del tejido, favoreciendo el aporte de nutrientes a través del corriente sanguíneo y mejorando el intercambio de sustancias en los tejidos.
  • FASE DE REHABILITACIÓN FUNCIONAL:
    • Fortalecimiento progresivo – ejercicios de resistencia progresiva con diferentes materiales, partiendo desde los concéntricos, hacia los excéntricos y por último los pliométricos.
    • Ejercicios de propiocepción avanzados – según permita la estructura y el dolor del paciente, sobre superficies inestables y con movimientos funcionales y/o deportivos, encaminados hacia la carga de peso y movimientos combinados y más extremos.
    • Entrenamiento funcional – ejercicios que simulen actividades específicas del paciente como escribir, trabajar con herramientas, o gestos deportivos. Además, tareas que requieran precisión y fuerza, como abrir tarros o cargar objetos.
  • FASE DE VUELTA A LA ACTIVIDAD
    • Ejercicios de alta intensidad – ejercicios de potencia y velocidad, con carga y sin carga.
    • Simulación de actividades específicas – ejercicios de coordinación y control motor para mejorar la eficiencia de los movimientos.
    • Prevención de recaídas – técnicas de calentamiento, enfriamiento y recomendaciones para las actividades.

BIBLIOGRAFÍA

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  2. Green, D. P., Hotchkiss, R. N., Pederson, W. C., & Wolfe, S. W. (Eds.). (2010). Green’s Operative Hand Surgery (6th ed.). Elsevier.
  3. Berger, R. A. (1997). The anatomy of the ligaments of the wrist and distal radioulnar joints. Clinical Orthopaedics and Related Research, (327), 32-40.
  4. Garcia-Elias, M., & Lluch, A. L. (1998). Wrist Instability. Journal of Hand Surgery, 23(6), 762-777
Etiquetas: dolor muñeca, esguince de muñeca, muñeca, muñeca abierta

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