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Osteofitos: Qué son y cómo afectan a las articulaciones del cuerpo

¿Te has hecho una radiografía y te han dicho que tienes picos de loro? ¿Habías escuchado alguna vez ese término? ¿Sabes a lo que se refiere? En la noticia de hoy vamos a desarrollar este término coloquial que se utiliza para referirse a los “osteofitos” y te vamos a contar todo acerca de los osteofitos, o también llamados espolones óseos.

Quédate, que te interesa, especialmente si te han hablado de problemas degenerativos en la columna, o de artrosis en alguna extremidad.

OSTEOFITOS: ¿QUÉ SON?

El término “pico de loro”, como avanzábamos antes, se usa en medicina para describir coloquialmente una forma específica de osteofitos (espolones óseos), que se desarrollan en la columna vertebral, especialmente en la región cervical, por la forma en la que se asemejan al pico de un loro.

Además de conocerse bajo el término de “picos de loro”, también son conocidos como espolones óseos. Son crecimientos anormales de hueso, que se desarrollan en los bordes, especialmente de las articulaciones, como respuesta del cuerpo a una fricción, presión o degeneración, siendo bastante comunes en la osteoartritis (comúnmente, artrosis).

ejemplo de radiografia osteofitos

 

espolones óseos en rodilla artrósica

 

Se trata de depósitos adicionales de hueso que el cuerpo produce en un intento de reparar y estabilizar una articulación que ha sido dañada. Cuando el cartílago de una articulación se desgasta, los huesos pueden comenzar a friccionarse entre sí, lo que puede desencadenar una respuesta inflamatoria (artrosis u osteoartritis). Como resultado de esta respuesta inflamatoria, el cuerpo puede comenzar a formar esos crecimientos óseos para intentar proteger la articulación, al detectar un posible daño.

COMO AFECTAN LAS ARTICULACIONES DEL CUERPO

  • Dolor y rigidez
    • Dolor – los osteofitos pueden causar dolor al producirse fricción contra otros huesos o tejidos cercanos, o al comprimir nervios en la zona afectada.
    • Rigidez – la presencia de osteofitos puede limitar el rango de movimiento de una articulación, causando rigidez y dificultando actividades diarias como caminar, agacharte o coger objetos.
  • Inflamación e hinchazón
    • Inflamación – la fricción entre las superficies óseas y el roce de los osteofitos pueden causar inflamación en la articulación, lo que a su vez puede conllevar hinchazón y dolor adicional.
    • Hinchazón – la acumulación de líquido sinovial en respuesta a la inflamación, puede provocar hinchazón alrededor de la articulación inflamada.
  • Compresión nerviosa – en algunos casos, los osteofitos pueden crecer en lugares donde comprimen nervios cercanos, especialmente cuando se desarrollan en la columna vertebral. Esto puede causar síntomas asociados como dolor irradiado, entumecimiento y debilidad en las extremidades. Por ejemplo, osteofitos presentes en la columna vertebral pueden causar ciática o dolor radicular.
  • Reducción del rango de movimiento – la presencia de osteofitos puede interferir con el movimiento normal de una articulación, haciendo que se sienta rígida y menos flexible, pues delimita más tope al chocar antes sus extremos. Esto puede afectar a la capacidad para realizar movimientos que antes suponían facilidad, como agacharse, girar el cuello o mover los dedos.
  • Desgaste adicional – cuando hay presencia de osteofitos corremos el riesgo de entrar en un círculo vicioso en el que se puede causar un desgaste adicional en las articulaciones al aumentar la fricción y presión sobre las superficies articulares, lo que puede acelerar el proceso de degeneración y llevar a un mayor daño articular.

 ¿POR QUÉ SALEN LOS OSTEOFITOS?

Los osteofitos pueden surgir como respuesta del cuerpo a diversas condiciones que afectan a las articulaciones. Estas condiciones, como decíamos antes, conllevan cambios en el cartílago (que sirve de protección entre las superficies articulares) y en los huesos, lo que conlleva desarrollo óseo adicional en los bordes de las articulaciones. Las causas principales de esto, son:

  • Osteartrosis – se trata de una enfermedad degenerativa de las articulaciones, comúnmente conocida como artrosis. Se caracteriza por el desgaste del cartílago articular que, a medida que avanza, favorece el roce de las superficies óseas entre sí, provocando inflamación, dolor y deformidad de la estructura por sobrecrecimiento óseo: osteofitos.
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  • Envejecimiento – con el paso del tiempo, las articulaciones tienden a experimentar un desgaste natural y cambios en la estructura. Este desgaste puede ir asociado a la formación de osteofitos como respuesta del cuerpo para intentar compensar y estabilizar las áreas afectadas por ese desgaste.
  • Traumatismos o lesiones – algunas lesiones o traumatismos en la articulación pueden causar un daño prematuro en el cartílago, y al hueso. Este daño puede desencadenar respuestas inflamatorias y formación de osteofitos como respuesta y parte del proceso de curación.
  • Inflamación crónica – aquellas personas que sufren enfermedades inflamatorias como la artritis reumatoide, que provoca inflamación crónica de las articulaciones, pueden desarrollar la formación de estos espolones óseos, como respuesta del cuerpo en protección ante esa inflamación persistente y daño articular.
  • Estrés mecánico repetitivo – actividades que impliquen el uso repetitivo o excesivo de ciertas articulaciones pueden causar un estrés mecánico continuo que derive en la formación de osteofitos. Esto es algo común en deportistas y personas con trabajos que requieren movimientos repetitivos.
  • Factores genéticos – algunas personas tienen predisposición genética al desarrollo de osteofitos, puesto que la herencia puede influir en la forma en la que las articulaciones responden ante el desgaste y el daño producido.
  • Problemas metabólicos – algunas enfermedades metabólicas, como la acromegalia, causan crecimiento excesivo de huesos, que también favorece la formación de osteofitos.

MECANISMO DE FORMACIÓN DEL OSTEOFITO

  1. Degeneración del cartílago – la pérdida o daño del cartílago articular provoca una mayor presión y fricción en los huesos y entre las superficies articulares.
  2. Inflamación y estrés – esta fricción y el daño asociado provocan inflamación de la estructura y estrés del tejido articular.
  3. Respuesta del cuerpo – en respuesta a este daño e inflamación, el cuerpo intenta reparar y estabilizar de nuevo la función, formando nuevo tejido óseo: osteofitos.

LOCALIZACIONES COMUNES DE LOS OSTEOFITOS

Los osteofitos pueden formarse en cualquier articulación del cuerpo que presente desgaste y/o inflamación. Sin embargo, hay algunas articulaciones que son están más sometidas al desgaste, la presión y la fricción:

  • Columna vertebral – vértebras cervicales, lumbares y torácicas. Causando dolor de espalda, rigidez y, si afectan a los nervios por compresión, pueden causar síntomas neurológicos como dolor irradiado, entumecimiento o debilidad en brazos y piernas.
  • Rodillas – suelen formarse en los bores de la rótula y en los extremos del fémur o la tibia. Causan dolor y rigidez en la rodilla, especialmente al movimiento, llegando a limitar el rango de movimiento.
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  • Cadera – pueden desarrollarse en el borde del acetábulo o en la cabeza del fémur, desencadenando dolor, rigidez y dificultad para realizar movimientos básicos como caminar o agacharse.
  • Manos y dedos – suelen formarse en las articulaciones interfalángicas proximales (nódulos de Bouchard) y distales (nódulos de Heberden). La sintomatología es dolor, rigidez y deformidad en los dedos, lo que puede afectar a la capacidad de agarre y manipulación de objetos.
  • Hombros – pueden formarse en el borde del húmero o en la escápula, siendo esta última menos común. Provocan dolor y limitación del rango de movimiento del hombro, dificultando actividades como peinarse o levantar objetos.
  • Pies y tobillos – frecuentemente se desarrollan en el talón (espolón calcáneo) y en las articulaciones del pie. Provocan dolor al caminar o estar de pie y dificultades para el uso de determinados tipos de calzado.
  • Codos – sobre las superficies articulares del húmero, radio y cúbito. Dolor y rigidez en el codo, con dificultad para flexionar o extender el brazo por completo.

ejemplo de osteofitos en dedos

DIAGNÓSTICO

  • Radiografía – suelen ser suficientes para el diagnóstico, pues muestran claramente los crecimientos óseos en los bordes articulares.
  • Resonancia magnética y tomografía computerizada – proporcionan una visión más detallada de los osteofitos y el estado de las articulaciones, así como posibles compromisos nerviosos.
  • Examen físico – los médicos pueden detectar, en algunos casos, los osteofitos mediante palpación y evaluación del rango de movimiento de la articulación afecta.

 PREVENCIÓN

La prevención de la formación de osteofitos se basa en reducir los factores de riesgo controlables que contribuyen al desgaste y al daño articular. Aunque no siempre es posible evitar su formación, especialmente en aquellas personas que tengan predisposición genética o condiciones médicas subyacentes, se pueden tomar algunas medidas para minimizar el riesgo:

  • Mantener un peso saludablelo que reducirá bastante el estrés articular. El exceso de peso corporal supone mayor presión sobre las articulaciones, especialmente en las rodillas, caderas y columna vertebral. Si mantenemos un peso saludable, ayudaremos a reducir el estrés articular y disminuiremos el riesgo de formación de estos osteofitos.
  • Hacer ejercicio regularmente
    • Fortalecimiento muscular – el ejercicio de fuerza provoca tracción ósea y mejora la calidad del hueso y de las superficies articulares ante la presión y el movimiento.
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  • Flexibilidad y rango de movimiento – ejercicios de estiramiento y de movilidad ayudan a mantener el rango de movimiento de las articulaciones, reducen la rigidez y mejoran la calidad de movimiento de la articulación, reduciendo posibles lesiones asociadas a la disminución del ROM.
  • Prevención de lesiones
    • Uso de equipos de protección – especialmente en aquellas actividades deportivas y trabajos que impliquen un alto riesgo de lesiones articulares.
    • Técnica adecuada – adoptar y aprender correctamente la técnica durante la ejecución deportiva, e incluso en ambiente laboral, puede reducir el riesgo de lesión y el desgaste excesivo de la articulación.
  • Modificar las actividades
    • Descansos regulares – para quienes realizan actividades repetitivas, es importante realizar descansos de manera regular, para evitar el estrés articular repetitivo.
    • Variaciones del movimiento – intentar alternar entre diferentes tipos de movimiento para reducir la presión constante sobre una articulación específica, y darle descanso y tiempo para su recuperación.
  • Tratamiento de las condiciones subyacentes
    • Osteoartritis – manejar la artrosis a través de tratamiento médico y fisioterapia, así como producir cambios en el estilo de vida, puede ayudar a prevenir la formación de osteofitos.
    • Enfermedades metabólicas – control de aquellas enfermedades metabólicas que pueden afectar a los huesos y articulaciones, como la gota o la acromegalia.
  • Nutrición adecuada e hidratación – una dieta rica en nutrientes esenciales para la salud ósea, como el calcio, la vitamina D y el omega-3; así como mantenerse bien hidratado, es importante para la salud del cartílago articular y las superficies óseas.
  • Evitar el sedentarismo – realizar actividad física regular, ya que el sedentarismo puede contribuir a la debilidad muscular y a problemas articulares.
  • Revisiones médicas regulares

TRATAMIENTO OSTEOFITOS

Tratamiento conservador

  • Medicación – uso de analgésicos y antiinflamatorios, para ayudar a aliviar el dolor y combatir la inflamación.
  • Fisioterapia
    • Ejercicios de fortalecimiento – ayudan a fortalecer los músculos que rodean la articulación, protegiéndola y mejorando su estabilidad y función.
    • Estiramientos y movilización – mejoran la flexibilidad, el rango de movimiento y previenen de lesiones y disminuyen la presión y fricción dentro de la articulación.
    • Terapia manual y cinesiterapia – técnicas de movilidad articular y terapia manual pueden ayudar a mejorar el rango articular y reducir el dolor.
    • Terapia con diatermia puede contribuir a reducir la inflamación y a mejorar el dolor, en prevención de la formación de osteofitos, por ejemplo, tras un traumatismo o gran desgaste. Además, su efecto térmico ayuda con la rigidez y la flexibilidad de los tejidos.
    • Terapia con bomba diamagnética al igual que la anterior, contribuye a la reducción de la inflamación, por tanto, reduce el riesgo de aparición de osteofitos.
    • Manipulación articular – sólo realizada por profesionales y en casos en los que sea necesaria, tras una correcta evaluación e historia clínica. Puede servir para disminuir la compresión y fricción articulares, para prevenir la aparición de osteofitos por fricción.
    • Termoterapia
      • Crioterapia – puede reducir la inflamación y el dolor agudo
      • Calor – puede aliviar la rigidez muscular y mejorar la flexibilidad.
    • Inyecciones
      • Corticoesteroides – reducen la inflamación y el dolor de la articulación afecta.
      • Ácido hialurónico – en algunas situaciones, se puede inyectar soluciones de ácido hialurónico para lubricar la articulación y reducir el roce articular, y mejorar la movilidad.
    • Dispositivos ortopédicos – como rodilleras, plantillas ortopédicas o férulas, que puedan proporcionar soporte adicional a la articulación y reducir la presión sobre los osteofitos.rodillera para reducir presion en los osteofitos
  • Modificación de las actividades – evitar aquellas que exacerben el dolor o el estrés mecánico de la articulación y asegurarse de proporcionarles descanso adecuado para permitir la recuperación de la articulación.

Tratamiento quirúrgico

Cuando los tratamientos conservadores no son efectivos y los osteofitos causan un dolor significativo y te limitan gravemente la función articular y las actividades diarias, se puede considerar la intervención quirúrgica:

  • Desbridamiento artroscópico – se realiza una cirugía mínimamente invasiva para eliminar los osteofitos y otros desechos de la articulación, utilizando un artroscopio.
  • Osteotomía – consiste en seccionar y realinear el hueso para aliviar la presión sobre la articulación y mejorar su función.
  • Artroplastia – sustitución total o parcial de la articulación afectada con una prótesis artificial.

tratamiento quirúrgico para osteofitos

BIBLIOGRAFÍA:

  1. Nathan, H. (1962). Osteophytes of the Vertebral Column: An Anatomical Study of Their Development According to Age, Race, and Sex with Considerations as to Their Etiology and Significance. The Journal of Bone and Joint Surgery. American Volume, 44(2), 243-268
  2. Felson, D. T., & Neogi, T. (2004). Osteoarthritis: Is it a disease of cartilage or of bone? Arthritis & Rheumatology, 50(2), 341-344.
  3. Resnick, D., & Niwayama, G. (1988). Diagnosis of Bone and Joint Disorders. B. Saunders Company
Etiquetas: artrosis, osteoartrosis, osteofitos, picos de loro

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