Psicología
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Somatización: efecto del estrés y la ansiedad en el cuerpo

Todas nuestras emociones se inscriben al nivel del cuerpo” (Boris Cyrulnik)

El Trastorno de somatización ocurre cuando la persona sometida a un elevado nivel de estrés o ansiedad comienza a tener síntomas físicos como dolores o malestar de índole diversa, de manera reiterada y sin que exista ningún origen físico explicable para ello. Estos síntomas son recurrentes, de larga duración la mayoría de las veces y afectan negativamente a la vida de la persona.

Hay que decir que quien padece estos síntomas no tiene ningún control racional sobre ellos y son de una extensa variedad, a veces la persona los describe de una forma bastante inespecífica y los experimenta con una gran carga emocional.

Síntomas de la somatización

Los síntomas que pueden sufrir las personas que padecen somatización son tan diversos como molestos y desagradables. Se han descrito los siguientes, aunque es más que seguro que existen muchos más:

Dolor

  • Dolores de cabeza
  • Dolor de espalda
  • Dolor en el pecho
  • Latidos cardiacos irregulares
  • Dolor articular
  • Dolor en brazos o en piernas…

Somatización

Síntomas gastrointestinales

  • Náuseas
  • Distensión
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Dolores abdominales
  • Intolerancias alimentarias…

Trastornos sexuales

  • Incapacidad para mantener una erección (hombres)
  • Irregularidad y molestias menstruales (mujeres)…

Síntomas neurológicos

  • Parálisis
  • Debilidad muscular
  • Pérdida de equilibrio
  • Mareo y desfallecimiento
  • Cefaleas
  • Convulsiones
  • Amnesia…

Somatizaciones cutáneas

  • Picor
  • Psoriasis
  • Dermatitis
  • Caída del pelo

¿Por qué somatizamos?

Es más que sabido que el cuerpo grita lo que la mente calla, todo aquello que no expresamos a nivel verbal y emocional el cuerpo lo expresa a su modo. Mente y cuerpo no pueden separarse, están estrechamente ligados, de hecho, somos un sistema formado por tres componentes: mente-cuerpo-emoción, es necesario que este sistema esté en equilibrio para nuestro bienestar.

Generalmente vamos la mayor parte del tiempo con el piloto automático encendido. Esto quiere decir, que no somos conscientes de la mayoría de nuestras reacciones, de nuestros sentimientos y emociones y de su impacto en nuestro cuerpo. De esta forma, el inconsciente gobierna nuestra mente y nos alejamos cada vez más de la realidad tal y como acontece. Cuando es el inconsciente el que dirige actuamos de acuerdo a patrones y creencias fijas, caducas y limitantes.

Muchas veces, negamos las emociones y ahogamos esos pensamientos recurrentes que nos persiguen intentando huir de ellos de diferentes formas. Las más habituales son: volverse un adicto al trabajo, comprar cosas que no necesito, llenar la agenda de planes para no parar…. La cuestión es tener a la mente ocupada para no escucharla, pero irremediablemente, en algún momento hemos de cruzar ese umbral y enfrentarnos con nuestros monstruos, cada uno con los suyos, si no, el cuerpo antes o después, comienza a reflejar el problema.

Mindfulness como respuesta al estrés y a la ansiedad

La práctica del mindfulness ayuda a eliminar el estrés y a aumentar la sensación de bienestar,

Somatización

¿Cómo?

No se trata de magia, es una cuestión de plasticidad cerebral, esta gimnasia mental nos ayuda a ejercitar los circuitos del cerebro que tienen que ver con la atención. Activamos el cortex prefrontal, área que regula la respuesta consciente y tiene que ver con el pensamiento reflexivo, la toma de decisiones, la memoria, y la capacidad de concentración. A la vez se desactiva la amígdala en el sistema límbico, que es la que está hiperactivada cuando estamos en una situación de peligro, es la encargada de expresar emociones como el miedo o la ira.

Cuando tenemos estrés o sufrimos ansiedad, la amígdala interpreta que “hay peligro”, así que, el cerebro comienza a segregar los químicos necesarios para defendernos de ese peligro, cortisol, adrenalina, entre otros, esto eleva los niveles de azúcar, sube la tensión arterial y se acelera el ritmo cardiaco. Esto no es más que el comienzo de una reacción en cadena que lleva al cuerpo a perder su equilibrio.

El mindfulness es como un bálsamo para la mente, y con el tiempo la práctica se convierte en un hábito, en una forma diferente de vida, más consciente, más verdadera y plena.

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Mercedes Rodríguez del Castillo
Psicóloga clínica. Col. 27948M

Etiquetas: ansiedad, cuerpo, dolor, estres, mente, Mindfulness, Somatización

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